Video audio en francés.
Video audio en español
ABBA. 16 DE FEBRERO DE 2019.
En el corazón de cada uno, presencia y ausencia fusionadas en la misma Verdad, Abba acoge lo que está presente, y Abba da la Verdad a cada uno.
Bienamados hijos del Uno, en la Verdad eterna del instante, que la Paz, la Alegría, el Amor y la Verdad sean nuestro espacio y tiempo común.
En estos días de celebración de la Vida, transmitidos por los Cuatro Vivientes, donde el hombre y la mujer se encuentran en el andrógino primordial, más allá de toda polaridad, así como más allá de toda manifestación, los saludo en la resonancia de la red Ágape, en esta acogida indescriptible de la Verdad de la Vida.
En estos días en que la Vida se celebra de todas las maneras posibles, tanto en la resistencia como en la entrega, en la belleza y en la verdad, instalamos de corazón a corazón la verdad del único corazón, la Verdad del Uno.
Todos ustedes están invitados en estos días a abstenerse de todo, a no limitar nada, a dejar lo que es y a dejar desaparecer lo que sólo ha aparecido en la pantalla de la conciencia, como en la pantalla del sufrimiento, donde no hay nada que hacer, donde dentro de la inmovilidad y el vacío, hay presencia y ausencia, reunidos en la misma celebración del Ser y del No-Ser, donde nada puede proyectarse, donde nada puede ser detenido, o incluso desviado.
Tanto en la danza como en la rectitud, en el movimiento como en la inmovilidad, se despliega en cada uno de nosotros el canto inefable de la Vida, transmitido por el canto de las ballenas y traducido en cada uno de nosotros por la resonancia dentro del origen de la creación, por el Verbo sagrado, el que no tiene necesidad de comprensión, el que está inscrito en el instante, no depende de ninguna forma, de ningún mundo, ni de ninguna especificidad, donde todo es espontáneo y donde todo es evidente, en todo tiempo, así como en todo instante.
Invito a cada uno de vosotros en este momento, al escucharos, a dar la acogida, para acoger sin querer nada, sin pedir nada, sin proyectar nada, sin reticencias y sin preguntas, donde estáis atravesados por la eternidad, donde nada de lo que ha de aparecer puede permanecer, donde nada de lo que pasa puede permanecer también.
En el vacío del gran silencio, en la intensidad del instante, se despliega la eternidad del paraíso blanco como alegría inefable, cuya sonrisa en tus labios lo atestigua y cuyo brillo de tus ojos es su receptáculo, donde ninguna pregunta puede aparecer, donde ninguna pregunta puede permanecer.
Mis palabras no tienen otro significado en este día que acompañar la danza de la creación, la danza de la eternidad, donde nada se ha movido y sin embargo todo es movimiento, donde todo se fusiona, donde todo lo opuesto se resuelve en el mismo estallido de risa, en la misma consumación, ya sea con tus lágrimas, ya sea por el recuerdo, ya sea por la acogida, por el abandono o por la bienvenida, se realiza, en el mismo momento de este instante, en cada corazón dispuesto a acoger, en cada corazón dispuesto a no tomar nada, a no apropiarse de nada, a fin de restaurarse completamente a la Vida como un don, como una Verdad.
Donde no puede haber búsqueda de sentido, porque la Vida es sentido en sí misma, haciendo que descubras tu esencia, así como la esencia de cada persona, donde no puede haber dirección, donde no puede haber tiempo, donde nada puede pasar y sin embargo todo pasa, y sin embargo todo se atraviesa.
Los invito a danzar y respirar con su corazón, porque cada corazón está en cada corazón, para realizar el milagro con un solo corazón. Esto está presente en este momento, tan pronto como se da la acogida, a través de ti, y no en ti.
Ha llegado el momento de romper con las últimas certezas, las últimas experiencias, así como los últimos sufrimientos, porque en el instante inmediato que sigue, la alegría sólo puede invadirte y poseerte literalmente, porque no tienes nada, excepto que la Vida misma te posea.
Así, en las profundidades de la carne, en las profundidades de la célula, así como en la conciencia más densa y más etérea de la conciencia, se experimenta el mismo reconocimiento, más allá de la historia, más allá de cualquier forma, en el instante presente, que fusiona todos los tiempos y une todos los espacios, poner fin a la idea, como a cualquier experiencia de estar disociado o separado de algo o de alguien más, donde no hay maestro, ni superioridad o inferioridad, porque nada puede ser medido allí, porque el Amor es excesivo, porque la Acogida es increíble.
Así, cada día que pasa dentro de la ilusión del tiempo de este mundo, la revelación se completa en su totalidad. En este momento, la apoteosis de la Vida, que no es tu vida, despliega su alfombra, para acoger la totalidad de lo que creías que aparecías o eras, en cualquier situación.
Usted sólo puede reconocerse a sí mismo en esta evidencia que está presente. Sólo puedes estar de acuerdo con tu belleza. Sólo se puedes estar de acuerdo con la verdad del instante, donde se es sólo lo que es anterior a cualquier creación, y es precisamente a través de la reunión del femenino humano, así como del masculino humano, al más alto cielo, en la comunión del sagrado y del sagrado masculino, donde el niño interior se convierte en el prerrequisito andrógino para cualquier sustancia, anterior a cualquier mundo.
Se vive sin dificultad, desde el momento en que te olvidas de ti mismo, en el curso de esta vida como de cualquier personaje que hayas jugado, en lo que la persona llama vidas pasadas, y que te muestra la futilidad e inutilidad de cualquier concepto de ahora en adelante, la inutilidad e inutilidad de tomar algún apoyo o referencia de la historia pasada, como en el hipotético futuro, porque no hay historia, sólo hay eso, donde todo se resuelve, donde el conflicto se ve como un señuelo.
En la simplicidad de nuestro encuentro, de nuestra comunión, de nuestra escucha, la acogida se despliega, acogiendo y aceptando todo lo que se presenta, hermano como hermana, aire como elemento, en cualquier visión, en cualquier referencia que todavía esté presente en ti.
Cada uno de ustedes está invitado, con solicitud, a habitar en este espacio sin tiempo, y en este tiempo sin espacio, donde todo esto sólo está apareciendo, donde todo esto es sólo juego.
Silencio
Amigo mío, mi amado, recuerda, no de la historia, sino de la presencia y ausencia eterna que eres, a través de este cuerpo, como a través de todo lo que atraviesa tu mirada, tus preguntas últimas, tus sufrimientos últimos, a través de nuestra acogida común, simplemente por eso, sin pedir nada y sin esperar nada, sin ver ni sentir nada, entonces la Libertad aparece ante el observador, que se convierte en testigo, no de sí mismo, sino de la Unidad.
El Verbo ha salido a la luz, el Verbo ya no es la carne aunque se haya hecho carne, el Verbo es libre, de todo apego como de toda creación.
Lo que has expresado en los últimos días, lo que has vivido, sólo refleja la instalación de lo inefable, de lo que ninguna conciencia puede dar cuenta, excepto a través de la manifestación de la espontaneidad, en cualquier forma que se manifieste, donde nada puede faltar, donde nada puede ser escondido o incluso olvidado.
Esta es la acogida que naturalmente impulsa el don en cada corazón. En efecto, el Amor que se da no puede ser quitado, sea cual sea la reticencia y la resistencia. Porque, hoy, la idea misma de cualquier separación, como la idea misma de ser persona, sólo puede colapsar, a través de lágrimas o risas, para dar paso a la desnudez del Amor, que no necesita ni de un objeto, ni de un sujeto, ni de un emisor, ni de un receptor, y menos aún de una forma o de un tiempo.
Se vive y se recibe, como se le da, desde el corazón del corazón, magnificada por el resplandor de lo que se ha llamado el noveno cuerpo. Entonces, el Sagrado Corazón eleva su resplandor y lo difunde de una manera constante, en cada parte de este cuerpo, en cada parte de vuestra conciencia.
Silencio
Estás invitado, por la totalidad corazón Uno, a depositar lo que pueda quedar de cargas, peso, dolor, para que la dulzura y la evidencia llenen cada peso y lo aligeren, llenen cada deficiencia que te parezca percibir, por la plenitud del instante.
Ha llegado el momento, en toda la creación, del pasado y del futuro, de ser reabsorbidos por la densidad del Amor, por su intensidad, por su revelación en ti, donde no hay nada que juzgar, donde no hay nada que condenar, donde ya no hay causalidad, sino simplemente la evidencia del Amor, donde nunca más volverás a tener sed, donde superas todas las necesidades de comprensión, para captar elementos de tu historia y de este mundo, así como de todas las personas.
Lo que hay no te necesita, lo que hay no necesita a nadie, y sin embargo se vive en esta carne, como en cualquier estado de conciencia, donde ya ni siquiera es posible diferenciar entre los diferentes fragmentos de conciencia presentados por incontables oradores y por incontables personas que han vivido, en todos los siglos de la Tierra.
Silencio
En la progresión del gran silencio que los lleva al Último, ustedes lo saben por vivirlo, no pueden rechazar nada, sólo pueden dejar que lo que aún necesita ser iluminado sea iluminado, para darles el sentimiento de una progresión increíble, pero al mismo tiempo conducirlos a entender a través de la vivencia, que siempre ha estado ahí y que sólo la mirada, el punto de vista, pretendió ignorar la Verdad del Amor.
El Amor es la manifestación espontánea de la evidencia de la Luz y de su inteligencia, que no los necesita, excepto para ser el receptáculo que los acoge, que los reúne, que los hace el receptáculo de la belleza indecible, respirando y luego emanando naturalmente de este cuerpo opaco y efímero, donde todo es transparente, donde todo es claro, donde lo concibes y lo entiendes, esa misma liberación en el sentido de que la has experimentado hasta ahora no necesita ser registrada o realizada, porque siempre ha estado ahí, en cualquier forma o mundo.
Silencio
A partir de ese momento, quien está allí en ese momento, aparece, mostrándote que ya estaba allí, invisible a tus ojos, invisible por la opacidad de ese cuerpo, y sin embargo hoy se realiza, y sin embargo hoy se ve y se reconoce, esto termina irrevocablemente con la idea misma de cuestionar cualquier cosa, porque en la pregunta está la respuesta, haciéndote reír de ti mismo, haciéndote reír de las circunstancias.
Hay tu único ser, no hay necesidad de travesuras, no hay necesidad de demoras, no hay necesidad de un marco de referencia, porque todo se hace sin ti, sino a través de ti.
Silencio
Abba, en el corazón de cada uno, acoge en cada uno, a su vez acoge, en una ronda sin fin, el corazón de cada uno, que no es otro que mi corazón, donde incluso las diferencias, cualquiera que sea la experiencia, ya no hacen ninguna diferencia, y ya no ponen ninguna distancia.
Donde el Camino, la Verdad y la Vida te muestran que jamás te has movido, que todo esto era sólo un sueño, y que incluso a través del trauma inicial de la separación de lo masculino y lo femenino, ya no tiene sentido o dificultad.
El Verbo es entonces liberado, más allá de cualquier modelo o creación, porque todo ya ha sido creado y todo ha sido vivido. No puede ser de otra manera, en la misma arquitectura del tiempo. Cualesquiera que sean sus obligaciones, cualesquiera que sean los obstáculos, son arrastrados por la indecible verdad.
Todos son invitados con insistencia y permanencia por el mandato de la Luz, un mandato que viene del corazón de ustedes mismos, tan pronto como, dentro de ustedes, se hace el grito, el grito de la ilusión, el grito de la idea de esperar alguna evolución o algún momento más favorable.
Así es como este mundo todavía funciona, en su interrogación, mientras que a la belleza verdadera e inefable no le importa todo lo que sucedió ayer, como anteayer, como todo lo que sucederá mañana, como pasado mañana, donde el descanso, las palabras como la búsqueda de sentido, sólo pueden ser la solución, a lo que todavía te puede parecer vergonzoso, a lo que todavía te puede parecer ausente, a lo que no te puede parecer vivido y que ya ha sido vivido, y que siempre es vivido en cada minuto.
Simplemente, aún no lo han visto, porque anticipan la necesidad de comprender, la necesidad de explicar, la necesidad de estar seguros, la necesidad de compararse o la necesidad de discutir, y esto será demostrado como lo es para muchos hermanos y hermanas en el juego mismo de la Vida, bajo cualquier circunstancia.
Entonces, a partir de ese momento, la sonrisa volverá a florecer en tus labios, el bien y el mal, inherentes a este mundo, ya no pueden interponerse en el camino de la Verdad.
Es en estos momentos del instante presente, en este mismo instante, en este mismo instante de la vida, como cuando escucharás y acogerás, más allá de mis simples palabras, tu propia presencia que no es otra cosa que la mía, así como tu ausencia, que no es otra cosa que nuestro don común.
Esta celebración, por ser una, no puede estar sujeta a ninguna condición o límite. No se preocupen por cómo se sienten, no se preocupen por sus aprobaciones o desaprobaciones, no se preocupen por si es cierto o falso, porque en última instancia depende sólo de dónde creen que están parados.
En ese momento, tu corazón implosiona y explota, la respiración del corazón se convierte entonces en una explosión de alegría, una explosión de Amor, que se dirige a otro lugar sólo dentro de ti, a pesar de esta explosión, porque lo que todavía puede parecerse a un exterior, es lo que pone fin a la ilusión de distancia, a la ilusión del tiempo que pasa, a la ilusión de ser un individuo.
No tienes que preocuparte o cuestionarte por ninguna circunstancia de tu vida, porque son precisamente estas circunstancias particulares de cada vida las que te conducen a esto.
Acoger y dar son parte de una misma danza, acoger no sólo va por dentro, el don no sale sólo por fuera, es un estado interior. No hay afuera, ni adentro. Es en este preciso instante que estás totalmente libre de cualquier marco de referencia, de cualquier historia, y esto se te muestra en el momento inicial del sueño de la creación, porque de hecho no puede ser fechado, sino que puede ser, también allí, sólo vivido y no comprendido.
Es ahora, es para siempre, es para en todo momento, es para la eternidad, más allá de este mundo, más allá de tu forma, como más allá de cualquier forma.
Silencio
Ustedes, anclajes y sembradores de Luz, en el tiempo de la historia de los años que siguieron a las bodas celestiales, descubren y viven que ustedes son la Luz eterna pura, independiente de cualquier historia, de cualquier forma, así como de cualquier distinción aún aparente y residual entre Ser y No-Ser, y su persona.
La majestad del Amor, la majestad de la Verdad, sólo puede danzar, la danza de la alegría, la danza más allá de los hombres, donde la reconciliación de lo sagrado y el simulacro, en estas diferentes polaridades, se inscribe en la alegría del instante y en la sonrisa eterna que no necesita labios para manifestarse, ni conciencia para expresarse.
Es una locura en quien se cree persona, es absurdo para quien se cree espiritual, pero es una verdad inquebrantable para quien se instala en la simplicidad y en la humildad, donde todo lo que toca, sufrimiento como felicidad, es simplemente el juego que se desarrolla en contra de tu voluntad, y sin embargo, gracias a ti, donde descubres que en realidad todo se ha logrado siempre, y que ningún esfuerzo es necesario, porque la evidencia te nutre y el esfuerzo te restringe, donde ya no hay ninguna elección posible, porque la elección misma es portadora de duda, es portadora de indecisión.
El Amor no se decide, la Verdad no se decreta, el Amor y la Verdad no se pueden decir, aunque se transcriban, tanto por el canto de las ballenas como por el Verbo de las Madres Genetistas, como por el silencio.
En esto, sabes que no hay nada que emprender, ni nada que modificar, porque la perfección es en sí misma, sin ti, y a través de ti, donde cualquier idea de cualquier evolución sólo puede aparecer como ridícula e inútil.
En ese silencio, nada puede faltar, porque todo está vacío y todo se convierte en el recipiente que jamás se llena, y sin embargo siempre está lleno de ese vacío. Esta copa es la copa de tu corazón, la que acoge las flores y la esencia, la que acoge la Vida y la restaura en su totalidad, porque nada puede pertenecerte, estando ya allí. Sólo puede ser una restitución, sólo puede ser el resultado de un abandono, no sólo a la Luz, sino un abandono total de ustedes mismos, donde no puede haber reclamación, donde no puede haber duda. Mientras dudes, entonces no has aceptado en su totalidad.
El canto de los cetáceos que los ha estado acompañando por unas semanas, los ha conducido a esta celebración de los Cuatro Seres Vivientes, a la fusión de los éteres, realizada hasta el nivel atómico de cada átomo en el Universo, y no sólo en este mundo, y no sólo en esta dimensión, ya que incluye todas las creaciones así como cada mundo. En esto está tu consuelo, en esto está tu regeneración, en esto te reconoces a ti mismo.
Todo ha sido siempre perfecto, desde el momento en que la conciencia ya no dirige la pelota del juego de la Vida, sino desde el momento en que permaneces en silencio, en el corazón del corazón, observando tu vida como cualquier vida, no a través de visiones y percepciones, sino como una danza de evidencias, donde no hay nada que hacer, donde no tenéis nada que hacer, ni siquiera que estar, donde ya no os pueden servir de nada, porque vosotros mismos sois el punto de referencia, porque sois los inefables del éxtasis y de la íntasis, y nada se puede mover, nada puede parecer o aparentar que está incompleto.
Silencio
En lo que se vive en este momento, os muestra el poder del gran silencio, mis palabras sólo acompañan a este gran silencio, dándole ritmo en su respiración, en su despliegue y en su evidencia, donde ya no hay ninguna diferencia, no sólo entre vosotros y cualquier otro, sino entre el hombre y la mujer, entre lo sagrado masculino y femenino, donde la complementariedad última como antagonismo, se resuelve por sí mismo, sin ti y a través de ti, haciéndote vivir y descubrir que hay una parte igual en el derecho, tanto femenino como masculino, sin ningún desequilibrio, a pesar de la apariencia física, ella, siempre real, equilibrando así de manera natural, dejando ser lo que es, y dejando aparecer lo que nunca puede ser.
Así desaparece toda apariencia, así se hace la resonancia, ya no de persona a persona y ya no de una persona a otra, ya sea a través de la red de resonancia Ágape, sino directamente a través del sentido de la acogida, porque desde el momento en que el equilibrio de lo masculino y lo femenino se experimenta en ti, terminando con toda la memoria así como con todo el sufrimiento inicial, entonces la belleza es perfecta.
Ninguna imperfección puede permanecer y lo sabes, porque lo vives, aunque todavía exista en este cuerpo, como en tus relaciones, una necesidad de consuelo, una necesidad de compartir, una necesidad de tocarte, ya sea con las manos o con el corazón, sea cual sea la distancia, sea cual sea el espacio y sea cual sea el tiempo.
Esto no se puede entender, sólo se puede vivir, porque de la vivencia viene la comprensión, que no depende de ningún juicio, de ninguna especificidad, ni de ninguna contradicción.
Ustedes son libertad, son resonancia y son fraternidad, que no conocen ningún país, que no conocen ningún idioma, como tampoco ninguna diferencia en la forma, porque todos ustedes son formas, incluso dentro de lo informe.
Las aguas del Cielo fertilizan las aguas de la Tierra, las aguas de la Tierra fertilizan las aguas del Cielo. Esto se llama siembra y está conectado con ustedes por el canto de los cetáceos, traducido más allá de las palabras, por el canto espontáneo de las Madres Genetistas, fusionado con la resonancia del canto de las ballenas en la parte superior, que se extiende a través del éter, en el corazón de su corazón, y luego emanando lo que muchas hermanas ya han percibido, o incluso manifestado, a menudo con el dolor hasta ahora, el cual hoy ya no lleva este dolor, la memoria o la reminiscencia, sino que es definitivamente parte de la belleza del instante.
Así que sí, la libertad está ahí. Cualesquiera que sean las limitaciones de sus obligaciones como sociedad, ya no están sujetos a eso, lo que queda como conveniencia, lo que queda como obligación, ya no pueden estarlo hoy en día, frente a la Verdad y a la libertad que existe.
Así es como contribuyes, a través de la no-violencia, a través de la no-acción, a través del Ser y del No-Ser, a dejar que este mundo viva lo que vive, porque tú no eres de este mundo, sino que eres de este mundo en su totalidad, como todos los demás, donde ya no hay distinción, a pesar de la diferencia de formas, a pesar de la diferencia de dimensiones, a pesar de las polaridades entre hombres y mujeres.
El hombre es tanto una mujer como la mujer, la mujer es tanto un hombre como el hombre, para realizar el milagro de una sola cosa. Se inscribe en cada pareja, se inscribe entre cada hombre y cada mujer, no hay necesidad de un rol, no hay necesidad de atribución, sino simplemente de reconocerlo, porque a través de la aceptación, la acogida y el don, se vive y es belleza.
Solo puedes vivirlo, aunque hoy, por el momento, no te parezca. Esto quiere decir que todavía hay unas pocas apariencias que no son iluminadas, unas pocas apariencias que se disuelven por la belleza del instante, donde se vive la Vida, y donde también se vive tu vida, sin necesidad de elegir, sin necesidad de decidir, sin necesidad de aclarar nada, ni a nadie, porque por el impulso de la espontaneidad, de la acogida y del don, atraviesas las últimas inconsistencias aparentes, atraviesas los últimos sufrimientos, las últimas lágrimas.
La libertad está ahí, no en otra parte, no es mañana, no depende de ningún acontecimiento que ya haya tenido lugar, ya que no es más que el darse cuenta de que el alfa y el omega jamás han sido separados, ni siquiera divididos, que no hay ni hombre, ni mujer, ahora que han reconocido el sufrimiento y la violencia, la herida y la violación del sagrado femenino, como el sagrado masculino.
Así que en ese momento, y en ese momento, puedes ser el hombre, puedes ser la mujer, en cualquier interacción, ya no es un problema. Todos son acogidos con la misma intensidad, sin distinción de ningún evento, sentimiento o apariencia.
Es allí donde cada hijo es tu hijo, cada marido es tu marido, cada mujer es tu esposa, no en el sentido de pertenencia, no en el sentido de propiedad, sino al contrario, en el sentido de restitución a la libertad.
La evidencia entonces se manifiesta en todos en el más mínimo detalle, porque todo se vuelve significativo y significa algo para ti, en cada evento de cada uno de tus días, incluso dentro del simulacro más total, donde la risa prevalece sobre todo el sufrimiento, donde la risa prevalece sobre cualquier elemento que parezca resistirse u oponerse de una u otra manera.
Así se descubre la libertad que no depende ni del interior, ni del exterior, porque al acoger y dar, no hay más dentro ni fuera, porque no hay más límite, porque no hay más frontera, porque no hay más distinción, sean cuales sean las apariencias.
El observador se aleja así de la observación, tanto del simulacro como de lo sagrado, para estar disponible, donde no hay nada que observar, donde no hay nada que mirar, sino sólo para revelar la boda entre el Ser y el No-Ser, la boda entre lo masculino y lo femenino en su humanidad como en su sagrado, donde no puede haber posición de dominio, ascendencia o restricción.
Cada uno se da a sí mismo libertad, cada uno se da paz, para que todos puedan vivir en paz, para que todos sean libres, porque nada puede ser excluido de ella y nada puede ser quitado o dividido.
Este es el evento, este es el paraíso blanco, este es el absoluto.
Mientras resuena el canto de las ballenas, en todas las aguas de la Tierra como en las aguas del Cielo, las aguas de abajo se encuentran con las de lo alto, para que el Verbo que se hizo carne permita que la carne se convierta en el Verbo.
Es esta, esta alquimia que se está desarrollando, la que percibes más allá de todos los sentimientos y situaciones, donde la Vida no tiene uso para tu vida, poniéndote a disposición de tu humanidad, a tu disponibilidad, donde nada que esté polarizado puede perturbarte o interrumpirte.
Silencio
Abba os habla más allá de las palabras que se dicen, porque incluso mis palabras pasan a través de vosotros, más allá de su significado, más allá de su sentido, son el signo y son la explicación.
No tiene nada que ver con el Yang o el Yin, no tiene nada que ver con ningún aspecto de la discriminación, porque mientras la discrimines, no eres del todo sincero y, sin embargo, lo descubres.
No hay hombre ni mujer, sólo hay Vida. No hay forma que se mantenga, ni mundo que se mantenga, cuando la Vida se restaura a sí misma. Esto es lo que se experimenta en este momento, como en cada instante.
La celebración se vive cada minuto, es comunión y fusión, transmuta y transubstancia las células, el cuerpo, todo lo que es conocido y perceptible para ti ya no te sirve de nada ante esta inmensidad, que se resume en lo más pequeño que el punto, porque tú eres de todas partes, y así ha sido siempre.
Ningún dolor todavía presente puede interferir con la Verdad. La Verdad acaba con el dolor, la verdad acaba con el sufrimiento, y no hay nada que puedas hacer al respecto.
Así es la majestad del Amor, así es la majestad de la resonancia, así es la matriz Crística, y así los conducirá a ella el menor de sus pensamientos, aunque sean opuestos a la Verdad. No puedes resistirte, no puedes oponerte a ti mismo, excepto con el riesgo de consumirte, un consumo que revelará al Uno, que revelará el No-Ser presente en todas las circunstancias, como en todo dolor y sufrimiento evacuado, pero que viene de tan lejos.
Entonces te reirás de ti mismo, pienses lo que pienses hoy, entonces descubrirás que el Amor es la única justificación y que, de hecho, todo ha estado siempre en su lugar correcto, incluso el sufrimiento, para llevarte al punto en el que ya no necesitas nada ni a nadie, donde todo es resonancia, donde todo resuena de cercano a cercano, así como de lejos a lejos, porque esta resonancia de Ágape no conoce distancia, ni tiempo, ni separación, donde nadie puede ser glorificado, donde nadie puede estar adelante ni ser superior a nadie ni a nada.
Así que, mis amigos, mis seres queridos, Abba está ahí sólo para ti y tú eres Abba, no importa lo que pienses.
No hay ni hombre ni mujer, de la misma manera que no hay mundo, de la misma manera que todo ha sido siempre perfecto, porque nada se ha movido jamás, y todo lo que ha aparecido debe en el mismo fuego de alegría, en la misma despreocupación y en el mismo silencio.
Abba no te pide nada, Abba se da, Abba se da a ti, pero no es un movimiento, es simplemente la evidencia que has olvidado, recuperando la memoria de los instantes iniciales por el canto de los cetáceos, por el Verbo de las Madres Genetistas, antes de la creación misma, donde todo es sólo silencio, que se ha transformado en Verbo.
En el principio era el Verbo, un principio que jamás sucedió.
Al final es el Verbo, porque jamás habrá un fin a lo que jamás ha comenzado y siempre ha estado allí.
Silencio
Todo debe ir acompañado de la misma felicidad y, yo diría, de la misma elegancia. En cualquier circunstancia, en cualquier momento, ya no puedes ignorar la más mínima petición del hermano o hermana que parece estar sufriendo, del niño que se muere de hambre, del que necesita una mano amiga, porque ese eres tú, en otro momento, en otro tiempo, en otra definición aparente.
En ese momento, la donación es espontánea y la acogida es automática.
Ya ni siquiera tienes que preguntarte, ya ni siquiera necesitas una intención, ya no necesitas un acuerdo de nadie, porque tú eres cada uno y todos somos tú, y cada uno de ustedes como cada uno de nosotros, dondequiera que estemos, sólo refleja la misma Verdad, sólo refleja el mismo Amor, incluso si la apariencia te parece lo contrario, porque todo conduce al mismo inefable, al mismo punto, en el mismo espacio y en el mismo tiempo, que es el espacio sagrado de tu corazón, que no conoce ni al hombre, ni a la mujer, y que reconoce cada sufrimiento como propio, y que permite precisamente no dejar que el más mínimo sufrimiento aparezca en nadie.
Esto está sucediendo ahora e incluso con la intensidad, por supuesto, de que sigues experimentando ciertas situaciones, ciertos malestares y sufrimientos, que afectan al cuerpo, que afectan a todo lo demás, que no hacen ninguna diferencia allí tampoco, y que ya no ponen ninguna distancia.
Así es la evidencia, pone fin a toda discusión, a todo posicionamiento, trasciende el sufrimiento y la distancia en la misma dicha y en la misma bondad.
No se puede hacer otra cosa que ser benévolo hacia todo, hacia todas las situaciones, hacia todos los hermanos, como hacia todas las oposiciones, porque la benevolencia es también allí, ahora, un fuego devorador que absorbe y consume toda ilusión y se manifiesta cada vez más como todo sufrimiento.
Esto se hace sin ti y, sin embargo, a través de ti, no puedes hacer nada más que ver, ser iluminado, y salir de ello verdadero, lleno de poder, lleno de fuerza, lleno de una certeza que no depende de un marco de referencia, ni siquiera de una forma.
Silencio
En este momento, Abba te da la acogida como tú le das la acogida a Abba. Es el mismo movimiento, porque no hay movimiento, porque no hay distancia, porque no hay tiempo, y es visible, y se vive, y así es.
Ahí está tu poder, ahí está tu potencia, cuando dependes únicamente, más allá de todas las apariencias, del verdadero Amor que siempre has sido, a pesar de todos los sufrimientos, a pesar de todas las manifestaciones.
En ese momento, más allá de decir "Yo y mi padre somos Uno", el Amor incluso toma esta definición y te deja aturdido y feliz, evidentemente, cualquiera que sea el estado del cuerpo, cualquiera que sea el estado de tu conciencia, porque cualquier posición del cuerpo y de la conciencia, en el sufrimiento o en la ligereza, conduce de la misma manera, con la misma intensidad, a dejar que se establezca la Verdad, que jamás ha desaparecido, y que jamás te ha faltado, sea cual sea el encarcelamiento, sean cuales sean las historias, incluso las iniciales.
Ustedes son todos ellos al mismo tiempo, y sin embargo no son ninguno de ellos. No hay paradoja aquí, no hay aspecto antinómico ni siquiera complementariedad allí, porque es parte de la única Verdad. Nadie puede escapar de ella, nadie puede añadir nada, no se puede hacer nada al respecto.
Este es el verdadero poder, esta es la verdadera fuerza.
Silencio
Sólo hay que dar la acogida, y para dar la acogida, hay que devolverse a sí mismo. Y para acoger sin freno ni límite, lo vives y lo vivirás, solo puedes entregarte a ti mismo. Todo lo demás es superfluo, todo lo demás es inútil, y todo lo demás sólo se convertirá en un obstáculo cada vez más visible entre lo que crees que eres y la Verdad de que estás en el No-Ser.
Silencio
Ustedes son el corazón viviente, son el alfa y el omega, y viven que no hay diferencia entre el alfa y el omega. El alfa es indistintamente el principio y el fin, el omega es indistintamente el principio o el fin de lo que jamás ha comenzado, y que jamás ha iniciado, y que jamás terminará.
Silencio
El silencio es acogido, la resonancia es acogida, y todo esto es un don, porque la Vida es un don, y porque todo es un don, porque todo es gratis, y no se puede pagar por nada, y no hay precio que pagar, excepto en tu propia resistencia, en tu propia renuencia, como en tus propias distancias.
Abba se inclina dentro de ti porque así es como todo es dado, porque así es como todo es Verdad, porque así es como vives la inutilidad de cualquier juicio, hacia ti mismo o hacia cualquier situación como cualquier otra persona, porque así es como es, porque siempre ha sido así y siempre lo será.
El ángel de la Presencia es sólo tú mismo en otro tiempo, en otro lugar y en otra creación. Eres tanto la ballena como la Madre Genetista, como el arconte. Estás más allá de cualquier definición, más allá de cualquier rol, más allá de cualquier historia o sufrimiento.
Esto se experimenta, sean cuales sean los caminos de acceso que te han conducido a este punto, sea cual sea el estado de tu cuerpo, sean cuales sean los estados de lo efímero, en cualquier campo.
En esto, eres sincero. En eso, estás completo. En esto ya no puede haber la más mínima fragmentación, sea cual sea la explosión que estéis experimentando, de lágrimas o de alegría, porque todo esto es sólo la misma luz y la única Verdad.
Entonces Abba los bendice a cada uno de ustedes, ya que acojo todas sus bendiciones, lo cual es sólo una resonancia del Amor.
Ágape. Ágape. Ágape.
Phahame. Phahame. Phahame.
Silencio
Concluiré con estas palabras:
Nisargadatta te dijo que sus palabras no pueden fallar, Abba te dice que no puedes fallar, ni siquiera sin palabras, y cualesquiera que sean tus palabras, no hace ninguna diferencia, porque la Vida nunca puede fallar. A pesar de las apariencias, jamás naciste, jamás moriste, excepto dentro de la persona, excepto a nivel de las historias, porque no hay nada que pagar.
Saludo a tu eternidad, saludo a tu Ser, saludo a tu No-Ser, pero también saludo a cada célula de este cuerpo, como a cada miembro de este planeta, como a cada reino de este planeta.
Abba te da gracia.
Él sólo puede darte lo que ya está allí y lo que te corresponde, desde el momento en que das, desde el momento en que eres acogido.
***
A través de Jean Luc Ayoun
Les Transformations.
Transcripción: Equipo Ágape
Traducción al español: LMF.
***
Les Entretiens d’Apothéose
Todas las publicaciones en Francés y Español, portugués. Audios, Vídeos.
Les Transformations, Wordpress -
Todas las publicaciones en Francés y Español, portugués. Audios, Vídeos.
Bodas Celestiales - Madre Universal
Soy La Realidad Absoluta del Ser
Soy La Realidad Absoluta del Ser
Madreuniversalblogspotcomco/
No hay comentarios:
Publicar un comentario