SATSANG DE MADRES GENETISTAS. 16 DE FEBRERO DE 2019. PARTE 2. Completo.



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SATSANG DE MADRES GENETISTAS. 16 DE FEBRERO DE 2019. PARTE 2.

Lo que sucedió, y lo que está sucediendo ahora desde que el alfa se ha unido al omega, vamos en palabras sencillas, a medida que salen, para volver a contar sobre el instante presente, el instante presente del tiempo cero cuando el alfa se unió al omega.

En tiempos inmemoriales, que no tiene sentido fechar, en el primer instante en que el tiempo se encontró en el espacio y se unificó y disoció, una vez que el impulso de la creación, expresado desde la nada e insondable, fue depositado en la primera forma y desplegado en el éxtasis infinito del acto creador, un conjunto de conciencias fragmentadas que habían tomado forma, se dispusieron en la organización del sueño, por lo que ahora llamamos la ballena blanca, las madres genetistas así como Abba, estabilizadas en su primera forma de delfines mulares, de pie en el aire, con piel de cobre, depositada en el corazón de la Tierra, de esta Tierra, Gaïa Uras, el germen de la Vida, el germen de la expresión, a través de un cristal azul, primer acto de disposición de los mundos y dimensiones fue desplegado en el corazón de Gaïa, por aquellas que mucho más tarde fueron nombradas las madres genetistas.

En el momento inicial, no se trataba de una cuestión de genética, ni de diversificación, sino simplemente de la manifestación y expresión de la Vida, a través de estas matrices cristalinas, que se fragmentarían aún más, en la misma alegría y unidad, en innumerables formas, en innumerables dimensiones, en innumerables constituyentes, en la materia misma del sueño inerte.

Estos grandes delfines de piel cobriza, antepasados de sus propias creaciones y diversificaciones, donde por supuesto el guión se vivía en un impulso inicial y final, inscribiendo en el propio despliegue de la vida y en sus formas, la posibilidad de retornar, para no perder jamás la Vida sea cual sea la forma.

Así nació el primer sueño de la creación, así nació la mano, la que se agarró, la que da en cuanto se abre. La mano es el ahora y la mano, y la mano que se extiende hasta el cielo, llamando a la memoria inicial, no como una conmemoración, no como un ciclo, sino como una verdad eterna que atraviesa e intriga las diferentes dimensiones, así como toda expresión de acogida y de don.

(Pájaros)

En la creación del tiempo, así en un instante, desde el paraíso blanco de la primera emanación, se desplegaron las esferas musicales de la vida que llamamos planetas, experimentando siempre en forma cada vez más etérea y densa, el juego de la Vida permitido por el Soy Eterno.

(Pájaros)

En estos tiempos inmemoriales en que la memoria lineal podía retroceder trescientos veinte millones de años, en un instante y en un espacio, nacieron todas las posibilidades del tiempo y del espacio, pero sobre todo la posibilidad de encontrar, cualquiera que sea la apariencia de la pérdida, la Verdad más allá de la forma, en cualquier forma.

(Pájaros)

Así nació aquí en Uras, en el primer Edén que es Hawaii, la abundancia de vida, la abundancia de expresión y la abundancia de dones.

(Pájaros)

Cada uno de nosotros, Abba, lleva dentro de sí el reconocimiento de este don.

(Pájaros)

El canto de los cetáceos, el de la ballena blanca, resuena en la infinitud de la creación a partir de ahora.

(Pájaros)

En términos históricos, todos los sueños florecieron y se desplegaron, creando cada vez un nuevo tiempo y espacio, entrelazados con el espacio anterior y el anterior, así como entrelazados con el espacio siguiente y el posterior.

(Pájaros)

Para preservar infinitamente el significado de dar y dar la acogida, esta matriz de cristal fue recreada en el primer cristal original de la creación, en el agua. En aquel tiempo, no había agua de arriba, ni de abajo, sólo había un agua, el agua primordial, sostenida y arreglada por el Hayoth Ha Kodesh del agua, o los querubines del agua.

(Pájaros)

Luego los elementos fueron ordenados por las primeras formas de los planificadores del mundo, llamadas la civilización del Triángulo, para que cada Abba se encontrara en el centro de los Cuatro Seres vivientes, para la celebración, individual y colectivamente en Uras, como en cada fragmento de la creación, conteniendo todos los demás fragmentos.

Entonces la Vida podría desplegarse desde el corazón del corazón en círculos concéntricos, yendo hacia el infinito del tiempo y el infinito del espacio.

Las madres genetistas, antes de que aparecieran en el marco del despliegue del tiempo y el espacio, permitieron que los elementos se organizaran desde el plano más denso de la creación en Uras, jugando la partición de los cuatro elementos dentro del éter, apoyados por los Cuatro Vivientes que rodean el trono de Abba, en el paraíso blanco de la Jerusalén celestial, magnificada en formas y cristales, en un templo de cristal que acompañaba a las dimensiones aquí en esta misma Tierra, a través del Corazón Amado de Dios, Amentka.

Había muchos sueños, muchas partituras, ilustradas aquí en este mundo de hoy, en las cuatro bases y componentes del ADN.

Así nació el antropomorfismo, la forma adquirió características específicas según la alquimia y la vibración de los cuatro elementos así como de los Cuatro Vivientes.

Así, en la historia de hoy, muchos de ustedes, aun sin saberlo, han jugado la partición de los cuatro tiempos, los cuatro Orientes, a través del ADN y sus cuatro bases, que llamaremos A, T, C, G, a las que se añadió, por el mensaje de la buena nueva, lo que se llamó la quinta base, U, o uracil, en la resonancia de Uras, en la resonancia de Gaia, permitiendo que la buena nueva, bajo ninguna circunstancia, fuera olvidada jamás, a pesar del olvido.

Hoy celebramos esta fusión de los cuatro éteres o de los cuatro éteres vivos, ya no individualmente, sino colectivamente, donde cualquier sentido de ser persona, de historia y de significado ya no representa nada, excepto la alegría de encontrar el alfa y la omega.

El juego de A T C G jugando la partitura y transmitido por U, luego danzó y dio el ritmo de creaciones y sueños.

(Pájaros)

Cada uno de nosotros, quizás todavía viviendo como un individuo separado, lleva dentro de nosotros en la intimidad de nuestra célula, el sello de la Verdad, en la materia más densa.

(Pájaros)

Una vez que se depositó en el corazón de Uras de esta matriz cristalina a base de sílice, que regula el tiempo y el espacio, permitió el nacimiento de la genética primordial, asumida, transportada y transportada por aquellos que fueron nombrados mucho después, en la ilusión del tiempo, las madres genetistas.

(Pájaros)

Este cristal fue modificado por una guerra entre lo masculino y lo femenino, llevando a la comprensión y experiencia actuales de que cualquier polaridad es sólo la expresión del desequilibrio inicial.

(Pájaros)

Lo que entonces se llamaba la anomalía primaria y se vivía en su resolución desde mayo de 2018, permitía la reparación, permitía la reminiscencia, para que toda la resonancia de la Vida dentro de la apariencia de un individuo, pudiera ser descubierta en ti.

(Pájaros)

La aceptación de la Vida y el don de la Vida, fue alterada en la aceptación de la otra polaridad. Así nació, desde el plano más denso de Uras hasta el espacio y el tiempo más distante en apariencia, la polarización. De este flujo fluyen todas las historias y creaciones.

En Uras a la Fuente, la Luz se manifestó. La polarización conduce entonces, en la ilusión del tiempo y del espacio, al sufrimiento, así como la alegría, que permitió el despliegue y la comprensión de la ilusión de la creación.

Los delfines nariz de botella de piel cobriza asumieron entonces sus especificidades convirtiéndose en lo que se llamó las guías azules de Sirius, que se sitúan en el límite del Ser y del No-Ser, en el límite de la forma, así como en el límite del tiempo y del espacio.

(Pájaros)

En la revelación de la historia, expresada por innumerables, pero raros, hermanos y hermanas, pudieron entonces vislumbrar la noción de raza raíz, la noción de orígenes y líneas estelares, que no son más que la danza y la resonancia del A T C G transmitido por U, por Uras.

El juego y la danza de los elementos, dispuestos según una sinfonía de matrices cristalinas perfectas, no podían detener o modificar la Luz.

La polarización, incluyendo la traducción más densa y dolorosa, tuvo lugar en la Tierra, mucho después del final del primer sueño, dentro de los últimos seis ciclos.

Así, los hermanos y hermanas que vieron y percibieron la Nueva Tierra y la nueva raza raíz llamada la raza azul, no están ni delante, ni detrás de nosotros, sino presentes en el momento presente, la celebración de los Cuatro Seres Vivientes y los cinco éteres, ahora escapando de las manos de cada mujer.

La búsqueda del sueño, las visiones que algunos hermanos y hermanas han tenido de él, a través del advenimiento de la sexta raza raíz, no está en el futuro, sino en la historia ya pasada y ya vivida, demostrando así, a través del juego y la danza de la evidencia, que nada de esto es cierto.

Y sea cual fuere la belleza, sea cual fuere la alegría y el sufrimiento, según el ambiente viviente, ha permanecido inscrita en cada célula de cada cuerpo, como en cada cristal de la creación, como en cada mineral, vegetal, ángel, arcángel, como en cada dimensión, la memoria eterna e instintivamente presente del tiempo cero.

Donde la verdad sale, donde se acaba con la ilusión del tiempo y del espacio, donde todo lo que se ve, tanto en este tiempo presente como en los momentos relativamente presentes, está incrustado en el tiempo. Pero en la fase que llamamos el siglo XX, en el ciclo actual, la sexta raza raíz aún no ha llegado, aunque se vea. Según el tiempo, sin embargo, el mismo momento del instante presente, en la misma verdad de alegría y sufrimiento, tiene lugar.

La disposición de los mundos llevaba la siembra que nos es entregada hoy, tanto por hermanos y hermanas humanos que hasta ahora no podían ser reconocidos, y sólo podían mantenerla en silencio y ocultarla.

Hoy, os digo, porque lo vivimos, ya nada puede ser escondido, todo puede ser vivido y todo tiene la misma meta, que no es ni una distancia, ni un tiempo, sino simplemente el reconocimiento del Soy Eterno en la gratitud del instante, en el don del instante y en la aceptación del instante.

La sexta raza no tiene que venir, no tiene que desplegarse en algún tiempo futuro, sino revelarse en el instante eterno del tiempo cero.

Si en innumerables hermanos y hermanas persisten hoy, donde aparecen estas visiones de la Nueva Tierra, de la Nueva Raza Raíz, es porque la conciencia todavía juega a dejar que el tiempo se desarrolle y el espacio se desarrolle, mostrando así lo incompleto de la conciencia, pero completándose a sí misma en cada conciencia.

En el juego de acoger y dar, se revela en un instante, creando al mismo tiempo, las lágrimas de nuestros ojos, el líquido salado, el recuerdo de las aguas primordiales, al mismo tiempo que la sonrisa, que no tiene opuesto, a diferencia de la risa.

Entonces, en esta sonrisa del eterno presente, donde se revela el momento inicial, que no es más que el momento final, el alfa se ha unido al omega y el omega se ha unido al alfa, el tiempo y el espacio son sólo la expresión de la ilusión de la distancia, la ilusión de la separación.

Lo he experimentado, lo estoy viviendo, sin sufrimiento, sin estados de ánimo, sin cuestionamientos, desde mi infancia.

A diferencia de las mujeres, en este cuerpo, no hay sufrimiento, no hay desesperación, no hay expectativa, no hay expectativa, sólo vivir, y dejar que ese tiempo llegue, no para mí, sino para todos y cada uno de ustedes. Me has traído pruebas y resonancia, por tu don y gracia, vivida hace unas horas, de la autenticidad de tu vivencia.

Yo sólo esperaba este momento en el que cada uno se revelara a sí mismo, poniendo fin a toda distancia, donde ni siquiera el Amor tiene que ser expresado, bajo ninguna palabra, donde tú juegas el único juego verdadero que jamás pasará y que es la belleza. Belleza y autenticidad del don de la gracia y la aceptación de la gracia, en el mismo movimiento, terminando la distancia, terminando la idea que alguien da y alguien recibe, porque el don y la aceptación son sólo el mismo juego.

Nos tomó algún tiempo, entre el 7 de mayo de 2018 y el 18 de febrero de 2019, fechas que han sido inscritas para siempre en la agenda del tiempo y del espacio ilusorio, experimentar su quintaesencia, así como la evidencia del don y la aceptación, que no necesita otra justificación más que vivirla con evidencia, con gracia.

Así como aquí en este mismo lugar como en innumerables lugares desde el 13 de febrero, ustedes lo han estado viviendo en la pantalla interior de su conciencia, donde ven y viven, que esa conciencia sólo está de paso, porque está sujeta a formas, mundos, historias, y es precisamente para jugar a la historia hasta ese instante, desde el instante de ese día, que yo también puedo atreverme a liberar en su totalidad lo que es nuestro derecho común, nuestra verdad común, donde se ve el sueño, y donde ninguna forma, ningún atributo y ninguna renuencia puede intervenir.

Entonces el don y la acogida se equilibran, porque a medida que te das a ti mismo, te das la acogida el uno al otro. Y lo primero que hay que acoger es, por supuesto, a ti y a todos los demás, para que todos puedan tener sus ropas lavadas en la sangre del cordero, para que puedan sentarse en el trono de la verdad del instante inicial, en la primera emanación de la forma, en la perfección del cristal azul.

Así, en las aguas de arriba, como en las aguas de abajo, en el azul del agua, como en el azul del cielo, se realiza el milagro de una sola cosa, el del don y la acogida en perfecto equilibrio, donde tanto las lágrimas como la sonrisa nos llevan a esta danza colectiva, en esta consumación del Amor, que sólo consume ilusión, que sólo consume tiempo y espacio consumiéndolos literalmente en un resplandor de alegría, en un resplandor de lágrimas, como lo hemos mostrado aquí y en todas partes desde ayer.

No se trata de una invitación a recorrer la historia ya recorrida desde el instante inicial, sino de exaltar la fuerza del Amor, que no necesita ni energía, ni vibración, ni forma, ni mundos, ni nosotros.

Hay libertad, la libertad de abrazar, de tener en las manos, la libertad de amar en cualquier distancia o en cualquier dimensión. Porque toda la creación, como he dicho y como la vives, sólo puede estar dentro de este cuerpo y emerge de él a partir de ahora, sin tener que estipular o analizar sus circuitos como lo hemos hecho durante tantos años, para ser libre también allí, de la ilusión de llegar a ser, de la ilusión de tener algo que perfeccionar, porque no hay mejor fuerza, no hay fuerza más poderosa, que la de acoger y darse.

Así, más allá de la historia de esta creación, todo lo que se despliega en ti, a tu alrededor y en todas partes de toda la creación y no sólo en Uras, te conduce inexorablemente en cada momento que parece fluir, a la belleza inefable de la Vida que ya no te necesita, que ya no necesita a nadie, y sobre todo ya no necesita ser externalizado o manifestado en ninguna experiencia o juego de ningún tipo.

En junio de 2018, quité el cristal azul del corazón de Gaia, el que fue alterado en el sentido lógico de la historia y transformado en verde en la frente de Lucifer. Esto fue colocado en el lugar exacto, no de Abba, sino de María, permitiendo la resurrección colectiva y la resurrección, desde hace unos días, de las madres.

Porque toda mujer es madre, en espíritu, en verdad como en la carne, que haya llevado la vida en ella o no, no cambia nada, que haya procreado o no, no cambia nada, pues señoras, hoy en el cuerpo de esta mujer, en vuestro vientre, lleváis mucho más que la posibilidad de la vida hacia abajo, sino de la verdadera Vida, que unifica la parte superior y la inferior.

Esto es lo que la resonancia del don y la aceptación difunde las buenas nuevas, aquí como en todas partes en la Tierra, y a través de toda la creación, como lo había estipulado la Phahama.

Entonces se reveló el Verbo de las madres genetistas, despertando en cada una, como en cada una, la memoria del inefable que jamás se ha movido.

La mano se ha convertido en el don, Ágape también se ha convertido en el don y la acogida, porque ya no hay distancia, porque la carne es sagrada. Y fue en la consumación de este sagrado donde todo se reveló.

Como dije, Abba acompañó la creación, pero no creó nada, porque sólo la polaridad femenina podía lograrlo.

Usted puede saberlo, en el cristal de roca azul, como en cualquier cristal en Uras.... el cristal desvía la luz. Es una propiedad física del cristal. Sin embargo, el cristal puede desviar la luz en dos direcciones, llamadas levógiros y dextrorrotatorio, un movimiento que gira en sentido contrario a las agujas del reloj, una desviación, mirando hacia adelante, a la izquierda, y algunos otros cristales son dextrorrotatorios, desvían la luz hacia la derecha o en sentido horario.

Hoy, en el cristal azul que ha sido restaurado a María, el azul puede finalmente ser vivido en su totalidad, no sólo lo que fue llamado el manto azul de María o del Arcángel Miguel, un manto de gracia y compasión, que ahora está presente en el corazón y en las manos, ignorando cualquier distancia o espacio, o cualquier dimensión.

Cualesquiera que sean las sonrisas, las penas, las lágrimas o las alegrías, las vivimos a través de toda la historia.

Así termina la revelación, cualesquiera que sean los aspectos a iluminar dentro de Uras así como en cualquier dimensión, simplemente hay que dejar que el don sea, dejar que la acogida sea, haciendo encontrar a través de esta carne más densa, la vibración original del cristal azul de la Tierra, coloreado en otras ocasiones por lo que fue llamado los Elohim, los Nephilim, los seres cristalinos o los seres de fuego.

Resuena en todos, ya sea con lágrimas o sonrisas, es la misma cosa. Y hoy, en 2019, en fechas en que se encuentran el simulacro y lo sagrado de la celebración de los éteres de los Cuatro Seres Vivientes, ves en tu carne y en tu conciencia, te reconoces a través de los códigos de siembra que completan el Verbo Genetista, que jamás será un idioma o una lengua, sino simplemente la expresión del primer impulso de la creación, tu primera apelación, tu primer nombre, al que no le importan las dimensiones, al que no le importan los orígenes, ni las líneas y que te coloca cada minuto, cada aliento en la evidencia de la Verdad, donde el juego del don y la aceptación tiene lugar naturalmente.

Usted experimentó esto anoche, aquí y en otros lugares. Lo experimentarán más y más tan pronto como la celebración termine. Los códigos de siembra serán entregados por Phahame, a través de mi garganta, a través de mi presencia, a través de su donación, a través de nuestra acogida.

No veas allí ninguna anterioridad, ninguna superioridad, sino simplemente la humildad de tu gratitud, como me he reconocido a mí mismo, más allá de cualquier forma como más allá de cualquier creación, conduciendo a la transmutación de tu carne, como es visible para mí y como Cristo te dijo: lo que he hecho y lo que soy, lo harás, y mucho más grande aún, y lo que yo soy, tú eres.

Te lo digo como KI-RIS-TI, te lo digo como Abba, te lo digo como persona, te lo digo como Elohim donde mi nombre era Alta. Os digo esto como la Gran Madre original, madre de María, os lo digo como hombre, falible y perfectible. Os lo he dicho en mi memoria como mujer, en innumerables vidas, en el juego de la creación.

Teniendo en mente todas mis vidas así como todos mis roles, sólo puedo concluir, viviéndolo, que cada uno de ustedes es todo esto. Porque de la misma manera que tú llevas la creación en cada corazón, yo también la llevo de la misma manera, siendo nada si no la cabeza de puente.

Luego está la rendición. Esta entrega es espontánea. Me ha permitido ya desde hace mucho tiempo reconocerme en cada uno de vosotros, incluso sin poder explicarlo, donde a veces incluso, a través de palabras tácitas y de ciertos sufrimientos interiores, la aceptación ya estaba allí, como está allí para vosotros, con la misma intensidad, con la misma traducción.

Desde ayer, los códigos de siembra se han despertado, en mí y en todos. Lo que he traducido por la red de resonancia de Ágape, para unir a los tres en uno, une a toda la creación en cada corazón, donde todo lo que te parece un rol, una medida o un individuo, o una reacción a este mundo, se convierte en estupidez e ignorancia, así como en orgullo excesivo.

(Pájaros)

Pero incluso a través de esto, tanto en la resistencia como en el sufrimiento, resonaron las buenas noticias. La siembra hará aterrizar en las aguas primordiales del mañana, donde los cuatro elementos y los Cuatro Seres Vivos se encuentran, entre los dos continentes, entre los dos océanos, en medio de las columnas de Hércules, en la frontera de la Atlántida, en la confluencia de toda la historia y de todos los sueños.

(Pájaros)

No vean allí ninguna superioridad o inferioridad, sino simplemente el mismo Amor, la misma fraternidad, la misma verdad inscrita en cada uno.

Como te dijo Phahame, te invito a acercarte al agua, ya sea que tus lágrimas fluyan, como si escucharas los códigos de siembra que dejo emanar de mí. Para cada uno de vosotros, que sois cada uno de nosotros, el gran perdón, la reconciliación, es un acto de libertad, pero también un acto de disfrute que yo describiría como cósmico. Porque algunas de nuestras hermanas lo viven aquí como en todas partes, mientras que otras todavía están sufriendo, pero sólo pueden resonar, como cualquier hombre, con estos códigos de siembra.

(Pájaros)

Ha habido en los últimos tiempos, el OD ER IM IS AL, las llamadas llaves metatrónicas. Hoy, si podemos decirlo así, estáis en el origen del código fuente, el del cristal de Uras en el centro de la Tierra, que fue devuelto a todos el 16 de junio de 2018. Todo esto no es ayer, ni el año pasado, sino que está sucediendo ahora.

(Pájaros)

No necesitáis tanto discursos como historias, porque os estoy devolviendo a este primer impulso de la creación, al primer sueño de la creación, donde existía la primera polaridad, que puede expresarse no en lo bueno o en lo malo, o en lo masculino-femenino, sino en el juego del Ser y del No-Ser, que hoy se expresa en cada carne.

(Pájaros)

Cada una de nuestras hermanas que hace años, para algunas, pero también para los hombres, expresaron o sintieron en su interior esta resonancia de estos códigos de siembra, sólo podía sufrir porque no podía lograrse.

(Pájaros)

Hoy en día esto se logra, y al vivirlo, pone fin a cualquier pretensión de conocimiento, por sutil que sea. Esto pone fin a la pretensión de la energía, a la pretensión de lo vibracional, a la pretensión de ser un individuo imperfecto que aún no ha cruzado el umbral de una nueva raza, un nuevo mundo, una nueva Tierra que, por supuesto, ustedes han comprendido, que ya ha sido creada y que ya ha sido vivida.

De esto se trata la reminiscencia, que es mucho más que un recuerdo o una memoria, porque tiene lugar en este momento y se ha desplegado en la aparición de dimensiones como siempre lo ha hecho, en una historia pasada o futura.

(Pájaros)

Así que cada uno de nosotros está allí con todos los demás, no se puede hacer nada, no se puede hacer nada, porque todo esto es resistencia a la evidencia de dar y dar la acogida.

(Pájaros)

A menudo he dicho y se ha dicho que cuanto más se da, más se recibe. Pero si te entregas plenamente, entonces te das la acogida en su totalidad. No hay nada que restringir, no hay nada que condicionar, no hay nada que ver, no hay nada que sentir sea cual sea la expresión de tus sentimientos. Sólo está el Soy Eterno, sólo eso. Y eso es simplicidad. Y esa es nuestra humanidad. Y no es un deber ni una responsabilidad, aunque haya sido una gran culpa para algunos de nosotros, os digo que os regocijéis.

Abba les dice, y Abba les dirá esta tarde y especialmente Phahame, donde los códigos de siembra que fueron completados anoche pueden aparecer al descubierto, en cada uno de ustedes.

Todo lo que resulta de esto, para esta persona llamada JLA, como escribí ayer, son sólo lágrimas y lágrimas de gratitud, y no tienen nada que ver con una emoción pasajera, y no tienen nada que ver con una comprensión mental o intelectual, sino que fluyen directamente de tu experiencia, en la que sólo puedo reconocerme a mí mismo, en las mayores alegrías como en el mayor sufrimiento, con la misma intensidad y, por supuesto, con la misma gracia.

(Pájaros)

Es imposible para mí hacer trampa. Es muy posible que cometa un error en este plan, tan pronto como mencione el tiempo, tan pronto como mencione el espacio. En el momento del tiempo cero de gracia infinita, de este personaje de carne, nada puede fallar, como en cada uno de vosotros, nada puede perderse, nada puede retenerse.

Ha llegado el momento, no sólo de celebrar, sino de atreverse, con evidencia y facilidad, a dar con intensidad y a acoger con la misma intensidad. Porque de hecho y al final, lo que le das a cada uno, te lo das a ti mismo. Y cuando acoges al otro, sólo te acoges a ti mismo, más allá de la esencia, más allá de la forma, más allá del tiempo y del espacio.

No te estoy recitando un poema, pero te estoy diciendo claramente lo que está pasando. No puede haber error, no puede haber malentendidos, porque ya no puedo poner distancia y no se puede poner distancia, porque ya no puedo poner espacio o tiempo, porque no puedo aferrarme a ningún tiempo o espacio y, de hecho, como he dicho y repetido, como para cada uno de vosotros hoy, no soy mi vida, aunque tenga una vida personal, muy sencilla y muy humana, en el justo equilibrio, donde nada falta pero nada sobra.

Es lo mismo para cada uno de ustedes. Porque sólo se puede ver eso cuando uno lo acoge con agrado, incluso lo inaceptable, cuando se le da, incluso diré que se le restaura. No pueden ser engañados, no pueden ser engañados a ese nivel.

Tomará todo el tiempo, todo el espacio, todas sus células, todas sus relaciones, todo lo que se ve, todo lo que está sufriendo, con la misma gracia y elegancia, de la instalación del paraíso blanco, como han sido incontables desde hace unas semanas para testificar. Y sea cual sea el sufrimiento, sea cual sea el dolor, la alegría y la sonrisa lo cubren todo.

Es inevitable. Lo sé porque lo estoy viviendo y no estoy haciendo una diferencia, cada vez más justa, entre cualquier forma y cualquier historia. Porque estoy en cada uno de vosotros, no sólo como el Abba que se revela, sino a través de esta forma que he dado por vosotros.

Pero no veo en ella ni superioridad, ni inferioridad, sino simplemente la misma humanidad que todos los demás, cualesquiera que sean las pantallas de historias y sufrimientos. Porque sólo puedo revelar, en su totalidad, no la historia, aunque lo haya hecho, en el momento inicial, limitando los datos y elementos del conjunto, que son muy reales y vivos, pero que, como acabo de decir, sólo son conjuntos.

Y sin embargo, yo no soy nada, así como cada uno de ustedes no es nada. Y tan pronto como hay este reconocimiento, hay resonancia y hay un milagro.

Pero no soy yo quien decide, ni tú, es simplemente el juego del don y la acogida que se juega sin nosotros.

No necesito escribirlo, como lo han hecho algunos ancianos, no necesito impresionarlo a través de mi carne, como lo han vivido algunas hermanas, con sus estigmas y experiencias místicas, porque he viajado por los mundos desde el año pasado y durante mucho tiempo, y no he tomado ninguna ventaja o superioridad, ni siquiera la más mínima responsabilidad, sino sólo la aceptación de lo que a veces parece tan vasto, tan intenso y tan incomprensible. Porque sé que no puedo aceptarlo, porque sé y vivo que nada me pertenece, porque soy de todas partes.

Lo he dicho de otras maneras, no tengo nada que venderte o enseñarte sobre ello. Sólo puedo dar, sólo puedo dar la acogida. Y sé que es lo mismo, en cualquier aspecto que vivas en esta hora, para cada uno de nosotros, sin ninguna diferencia, cualesquiera que sean las apariencias y los sufrimientos.

No estoy separado de ti, como tú no estás separado de mí. Cualquier cosa que digas, cualquier cosa que pienses, cualquier nombre que me des, cualquier nombre que pueda haber usado, cualquier rol que haya jugado y jugado, tanto como un niño que muere asesinado por su propia madre, y como Elohim, ya no veo ninguna diferencia, porque no hay ninguna.

Así como ya no puedo ver la más mínima diferencia, aunque mis ojos la vean, mi corazón ya no puede verla.

Esta es una invitación para conocerte. Es una invitación a dejar que los códigos de siembra del Verbo sean emitidos y recibidos libremente, simplemente dando y acogiendo, sin pensar en otra cosa, atravesando todo lo que todavía puede estar en ti, pareciendo reactivo, y sobre todo en la escena del simulacro.

Por supuesto, todavía sigo los acontecimientos, pero ya no hablo de ellos. Es una curiosidad de mi persona y de mi personaje, que sólo se apagará cuando todo se apague. No para tener ninguna confirmación o duda, sino simplemente porque es el juego de la Vida.

Lo ves bien, además, tan pronto como intento formularlo, tan pronto como lo ponemos en práctica, aquí como en otras partes, por ejemplo, la resonancia de Ágape, para nosotros mismos o para otros con nuestras manos, desde el momento siguiente, algo más aparece y pone fin a lo que era evidente unos momentos antes, no porque fuera falso, sino porque va hacia una simplicidad cada vez mayor, o porque haces cualquier cosa que digas, cualquiera que sea tu postura de hoy, tu sufrimiento o tu alegría, lo ineluctable ha sucedido.

La buena noticia se está extendiendo. No necesito una imagen, no necesito energía, no necesito vibración, no necesito conciencia, aunque sea el relevo de lo que está en juego en mí y en cada uno de ustedes.

No estoy reclamando nada. Cómo podría reclamar cualquier paternidad o responsabilidad, o cualquier aplicación, incluso en relación con el primer sueño, así como con el último sueño.

Y no pienses que es tener la memoria que lo permitió, o el conocimiento de quién soy. Lo que permite esto es la resonancia de cada momento, de cada ayuda, de cada mirada que tiene lugar en la vida, ya sea que se trate de alcanzar, alcanzar su corazón, alcanzar una cuenta de bancaria, o simplemente ayudar. En cualquier caso, usted no decide nada, pero su simple presencia ya es la ayuda más apropiada para todos.

Jamás más puedo hacer una diferencia, sólo puedo hacer lo que soy más allá de Ser y No Ser, teniendo la oportunidad de manifestar eso. Pero esta oportunidad es para todos ahora, no tienes que aprovecharla, no tienes que buscarla, sino simplemente reconocer la evidencia sin entender nada. Así es como se acoge con total libertad, sin frenos, sin reticencias y sin cuestionamientos.

Cuanto más justo eres, más sonriente eres. Cuanto más justo eres, menos preguntas hay, y más evidencia del don y de la aceptación se manifiesta a través de ti, a través de ti, en cada mirada, en cada gesto, en cada toque, en cada drama. Todo esto sólo pasa y cruza, como he expresado de innumerables maneras posibles, para abrir la posibilidad de resonancia a lo que son sólo palabras, y sin embargo llevar el Verbo.

No tengo ninguna intención o voluntad propia, excepto seguir lo que la vida me da y me quita, porque lo que se da o se toma no hace ninguna diferencia. Y es lo mismo para todos, aunque por el momento parezca absurdo y tan lejano, no te has reconocido lo suficiente, pero los códigos de siembra te lo permiten.

Y muchos de ustedes han sufrido por estos códigos de siembra, por el sentimiento de separación, sufrimiento y violencia, especialmente entre las mujeres. No olviden que es una reconciliación, es una celebración, donde ya no hay lugar para la historia, para el individuo y sin embargo ocurre en la historia y en el individuo, y que ocurre en todas las circunstancias, lo hemos comprobado ayer de nuevo, en todos los lugares, incluso al salir de este espacio particular y privilegiado, simplemente caminando, estando vivos, la sonrisa está ahí.

Cualquiera que sea el sufrimiento, el estado de ánimo, la opulencia o la pobreza, no cambia nada. Porque ya no podemos comparar, ya no podemos medirnos a nosotros mismos desde el momento en que el regalo y la acogida están ahí. Ya no puedes disfrazar nada. No es un esfuerzo, no es difícil, es precisamente lo más fácil.

Y si eso no parece ser el caso en este momento, mira lo que valoras: historia, evolución, tu individualidad que no existe.

Sólo hay Amor, sólo hay don, sólo hay acogida. Es Jean-Luc quien les dice esto y, sobre todo, me utilizan para hacer resonar, pero no me utilizan como coartada, como justificación o como salvador, o como arconte, como les gusta a algunos, porque sólo puedo reírme de ello. Porque por lo que dices, por lo que piensas, sé que no es nada, y por todo esto, hay el mismo don y la misma acogida en todos, en la brizna de hierba como el cristal, en cada hermano o hermana, en cada animal, en cada dimensión.

En los últimos treinta años, hemos reconstruido la historia que ya ha tenido lugar. Como dije, seguimos, como dijo Bidi, la escena teatral. Yo digo que es un videojuego, y cada vez más de ustedes se están dando cuenta. Todo ha sido siempre escrito.

Jamás ha habido nada más que el don y la aceptación de la Vida y el Amor. Soy un testigo vivo de ello, como lo son muchos hermanos y hermanas, a pesar de sus sufrimientos, y para algunos de ustedes, durante innumerables años.

Hice lo mejor que pude para devolver, sin freno y sin límites, si no para callar, sin sufrir por mí, el momento inicial de la creación. Porque yo mismo no podía aceptarlo antes en su totalidad y, por supuesto, menos aún para ustedes, hasta que me reconocí en cada uno de ustedes.

Y sin embargo, los que me conocen, mi vida humana, saben muy bien que no tengo nada más ni nada menos. Tengo las mismas necesidades, las mismas funciones fisiológicas. Y mi vida humana más sencilla, más allá de cualquier título y de cualquier experiencia de mi viaje, ya no representa nada para mí, excepto la capacidad de responder preguntas, y de hacer el vínculo entre el simulacro y lo sagrado, porque simplemente, en esta vida, se me ha dado la oportunidad de atravesarlo, vivirlo, y sobre todo de aplicarlo.

Ya sea a través de cristales, a través de canalizaciones, o a través de las tecnologías que he creado con otros hermanos y hermanas, para mí, ya no veo ninguna distancia y diferencia, el simulacro se ha unido a lo sagrado en su totalidad. Y es tan ligera que ninguna enfermedad puede resistir, hasta el punto de que, sea cual sea el desorden, no puede manifestarse a través de este cuerpo, aunque evidentemente en mi más simple humanidad, tan pronto como algo sucede en este cuerpo, me lleva a la reflexión y a la resolución, por supuesto. Pero no me engaña.

Así que, por supuesto, también podría darles los nombres de esos grandes delfines de piel de cobre que estaban en el aire, pero eso nos llevaría demasiado lejos. Así que tengo este nombre que soy en esta apariencia y, de hecho, para ser lo mejor que puedo ser. Y ser lo mejor que puedo es dejar que las cosas sucedan. Significa acoger la Vida, significa realmente y concretamente, cualquiera que sea la agonía de la persona a veces, que es muy real, incluso si tengo que organizar mi vida, pero dejar que esta organización se haga a sí misma, para estar disponible.

No disponible ni para mí, ni para vosotros, sino para la Verdad, poniéndome así a disposición tanto para mí como para cada uno de vosotros, en la medida de mis posibilidades, que son sólo las de la verdad que se está esfumando.

Nadie puede seguirme, siempre he dicho, jamás seré un gurú, jamás un maestro, jamás podrás seguirme. Sólo puedes resonar con tu propia verdad, y en ese momento, descubrirás que jamás me has seguido, que te has seguido a ti mismo para encontrarte a ti mismo.

Cualquiera que sea el idioma, usted lo sabe para los que usaban las canalizaciones, no había necesidad de traducción. Entendieras o no, te negaras o no, te penetró, te traicionó, como a mí.

Esto es lo que tuve que entregarles hoy, especialmente Phahame les entregó lo que ella tiene que entregarles, y que muchos de ustedes ya han recibido, por supuesto. Son incontables para comunicarse con Phahame, como lo son para comunicarse con Bidi.

Concluiré con estas palabras, al menos hoy: hasta que no te hayas entregado, no estás vivo, pienses lo que pienses, creas lo que creas.

Hasta que no hayas aceptado todo lo que se te presenta, no puedes ser atravesado. Para hacer esto, debemos ser muy simples, no como una búsqueda de simplicidad, sino mirando tu vida, cualesquiera que sean sus sufrimientos, cualesquiera que sean sus karmas, cualesquiera que sean sus ilusiones, cualesquiera que sean sus esperanzas. Si eres tú mismo, la alegría te cubre sea cual sea el sufrimiento.

No puedes culpar a nadie, ni a tus familiares, ni a los accidentes de tu vida, no puedes culparte a ti mismo y esto pone fin efectivamente a la culpa, a la responsabilidad y te libera completamente para vivir la vida, como te decía, es decir, para dar y recibir en el mismo impulso, para dar y recibir en el mismo movimiento.

Esto es lo que pone fin a la ilusión de la distancia, la ilusión del tiempo, la ilusión del espacio, así como la ilusión de creerse una entidad. Tú no eres ninguna de estas cosas, y es a través de estas cosas que descubres la Verdad, o más bien que se descubre en ti.

No soy el único testigo, ya anoche aquí en este pequeño grupo solo, usted lo ha experimentado. No he hecho nada, excepto estar presente, como en todo momento, en esta humanidad más sencilla, en este cuerpo falible, en la incertidumbre de la vida, que ha sido reemplazada por la certeza de la belleza y la vivencia de la belleza.

Sólo puedo invitarte a serlo de nuevo, porque ya lo eres, aunque no lo veas. No hay nada que puedas hacer. Todo lo que debe suceder sucederá y todo lo que debe suceder es lo que ya está allí, el tiempo cero.

Ya no puedo ni siquiera hablar de una fecha, porque en efecto, cualquiera que sea la fecha del calendario, no me importa, porque el instante presente es tan intenso que sólo puedo invitarte a él, no puedo hacer otra cosa y no puedes hacer otra cosa que reconocerte a ti mismo, como me he reconocido a mí mismo, reconociéndome a mí mismo en ti.

No es un ideal, no depende de una enseñanza, no depende de un prerrequisito, depende sólo de ti. Y sólo podemos resonar y entrar en resonancia.

(Pequeño perro)

...a través de las vivencias de los demás, donde cada uno de nosotros puede reconocerse a sí mismo. Este es el caso, sobre todo ahora.

Les remito a un solo texto que ha marcado toda mi vida, mucho antes de la vida de la pasión de Cristo durante mis treinta y tres años, que he citado a menudo, y que es la primera epístola de San Pablo a los Corintios. No veo ninguna referencia religiosa o histórica, que simplemente dice:

"Cuando tengo el don de todas las lenguas, cuando tengo fe para mover montañas, cuando hablo el lenguaje de los ángeles, cuando me falta Ágape, sólo soy un resonante timbal y no soy verdadero."

Este fue mi leitmotiv (tema principal) de la misma manera que Bidi tenía el leitmotiv de su maestro, entre comillas, que le dijo: "Tú no eres este cuerpo.” Era su único mantra.

Todo esto lo sabía cuando vine a este mundo, mi madre podía dar testimonio de ello, mi verdadera madre biológica, me refiero. Y no fue porque lo supiera, sino porque lo viví, que era verdad. Esto es cierto, porque lo encuentras.

Así que ahora puedo decirlo y te lo dije. Te repito y te digo que sólo puedes ser tú mismo, y nada más. Y eso es un alivio. Porque en ese momento ya no tienes peso, incluso el peso de la enfermedad ha desaparecido, incluso el peso de los años y el desgaste del cuerpo ha desaparecido, lo veo, lo ves, para aquellos que se acercan a mí de cerca, para aquellos con los que participo tanto aquí como en otros lugares, una forma de intimidad de vida.

Por tanto, sólo puedo dar gracias por este Amor sin sentido, por esta aceptación total y por este don total. Porque resonando, testificando, como te dije ayer, mis lágrimas sólo pueden fluir. Pero no son lágrimas de sufrimiento o de alegría, son lágrimas de agitación, que me muestran que esto es verdad y que todo lo demás puede pasar. Este cuerpo puede ser destruido, que yo jamás pasaré, de la misma manera que tú jamás pasarás.

Dejé que las palabras hablaran espontáneamente, como de costumbre, evitando por supuesto lo que hago a veces, para difundir entre comillas todo este conocimiento, pero que no son una muestra, que no son más que un medio de romper con el Amor lo que tú has puesto delante de ti y que te impide verte, como yo te veo a ti.

No puedo reclamar nada, no puedo pedir nada. No puedo hacer nada al respecto porque así es la Vida, sólo puede darse a sí misma, en su totalidad. Sí, es un sacrificio, un sacrificio total, del que jamás me arrepentiré y en el que no se puede perder nada. Que tenga el estómago vacío o lleno, que tenga entradas en el bolsillo o no, no cambia nada. Lo entendí porque lo estoy viviendo, y porque sólo puede ser una aceptación.

Allí te he entregado mi corazón de la misma manera que tú te entregas a ti mismo. Cristo había dicho, me parece, "Bebe, esta es mi sangre. Come, este es mi cuerpo.” Sólo tengo un deseo, que ya se ha realizado, por supuesto, todos ustedes están en mí, como yo estoy en ustedes.

Soy todo carne y sangre, precisamente porque no soy carne y sangre, ni siquiera a través de este cuerpo, que sin embargo vive su vida humana con felicidad y alegría. Esta felicidad no está ligada a lo que puedo decir en los encuentros, evidentemente participa en ellos, sino a vivir este Amor en cada mirada, en cada gesto, sin quererlo, porque ha sido comprendido porque ha sido vivido, y porque es comprendido y vivido con cada aliento, y de hecho, no puede ser de otra manera.

No me quita nada de mi humanidad, todo lo contrario. Aquellos que realmente me conocen saben que soy un buen carnero que puede ir a por ello, que también puede reaccionar, pero la sonrisa de mi corazón nunca se desvanecerá. No es una creencia, ni una certeza, es simplemente un hecho, que cada uno de nosotros puede vivir con la misma intensidad, desde el momento en que dejas ir tus sentimientos, tus historias. Pero, sin embargo, tenéis que volver a lo que habéis estado viviendo desde ayer, hermanas, pero que no son todas las historias, sino el origen de la historia.

Como ustedes saben, somos innumerables los que lo vivimos, y cada día lo hacemos más y más. Dejad a las aves de mal agüero, que os condenan y os juzgan, o os llaman arcontes, o os llaman falsos. Como Cristo, sólo puedo decir: "Perdónalos, no saben lo que hacen", a sí mismos, no a mí. Porque el Amor es invulnerable, sea cual sea el futuro de este cuerpo.

Jamás te pediría que me creas o me sigas, pero te pido de nuevo que lo verifiques por ti mismo. Y verás que no puede haber elección, ni distancia, ni malentendidos. Mira esto, no me creas. De la misma manera que no puedes creer en la totalidad, mientras esta Verdad no esté allí, y sin embargo está allí.

Pero es simplemente un hábito, como lo he expresado, como lo han expresado muchas voces, sentir que necesitamos dinero, historia, para llegar a ser, para evolucionar, para ayudar, para servir. Pero esta es la ubicación de la persona, o del Ser, pero no es la ubicación del Amor. Puede que se acerque, pero no es real. Y lo sabes, porque lo vives, mientras no seas verdadero, se va y vuelve, y oscilas constantemente, hablas de fatiga, y tienes la sensación, sin poder describirlo o definirlo a veces, de que hay un estado incompleto.

Sabía esto, por supuesto, lo experimenté como todo el mundo, pero ya no tiene razón de ser, porque entendí al vivirlo que todo era perfecto, incluso en el simulacro de este mundo. Y lo ves bien, para aquellos que siguen mis aventuras, si se me permite decirlo, en las redes sociales, que ya no estoy interesado en todo esto.

Porque ya no necesito mostrar la concordancia entre el simulacro y lo sagrado, cada uno lo vive en sí mismo, y ahora sólo es posible la belleza, sólo es posible el don y la aceptación, no puedo hacer nada al respecto, no decido nada, y es de tal fuerza, tal poder, tal evidencia, que no podéis ignorarlo por vosotros mismos, como yo no podría ignorarlo.

Yo también he tenido mi parte de sufrimiento en esta vida, pero no estaba relacionado con los recuerdos, ni con la falta, sino con el sufrimiento del cuerpo, que hoy ya no existe, porque he aceptado y porque me he entregado, sin freno y sin límites.

No apareció hoy, apareció en el momento de la anomalía primaria, cuando realmente acepté morir, integrando la anomalía primaria y disolviéndola. Y luego morí, acepté morir y en ese momento volví con vida. Y a partir de ese momento, nada puede oponerse, confrontarse o medirse a sí mismo. Porque no ofrezco ningún control sobre esto y no soy yo quien decide, es lo que realmente soy, a través de este cuerpo, a través de esta identidad, así como a través de todas las historias de este mundo y de los mundos.

De hecho, al revelarte esto, sólo estoy hablando de ti, de cada uno de nosotros. Porque sea cual sea el escenario, siempre se jugaba el mismo juego, sólo había circunstancias que eran diferentes.

Llevo diciendo desde el año pasado que es inexorable, inevitable, lo he llamado una epidemia, una pandemia. Sólo puedo ver los efectos de ello, sin reclamar nada. Acepté entregarme totalmente, acepté dar la acogida incondicionalmente, pero no es un esfuerzo por mi parte, no es una decisión por mi parte, es la evidencia que ha surgido, no tengo ningún mérito, realmente, ningún mérito.

A partir de ahora, me veo a mí mismo en cada testimonio, como tú también lo vives, me veo a mí mismo en cada historia con la misma intensidad, y por lo tanto estoy disponible.

Permítanme concluir mi intervención dando la acogid a cada uno de ustedes, en la medida en que me acogen, más allá de cualquier persona o referencia. Porque estamos juntos en este momento, exactamente en la misma escucha, en la misma acogida y en el mismo don. Lo que yo digo, lo puedes decir, porque lo estás viviendo. Aunque te parezca que esto está lejos de ti, de hecho, sólo estás mintiéndote a ti mismo y retrasando este momento. Pero eso está bien.

Os abrazo a cada uno de vosotros que lo deseáis y sólo puedo decir "os amo", sin condiciones y sin ninguna definición.


***

A través de Jean Luc Ayoun
Les Transformations

Transcripción del francés: Equipo Ágape
Traducción al español: LMF

***
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