ÁGAPE. 21 DE JULIO DE 2019. ENTREVISTAS FIGUERES.
Así que, antes de empezar, repito para todos que, cuando digo canalización Ágape, no hay entidad. Simplemente me sitúo en el cruce entre el ser y el no-ser, manteniendo la conciencia al borde de su extinción, y las palabras salen. Así que sobre todo, no busquen el significado intelectual, es sobre todo el aspecto del fuego ígneo y del fuego vibratorio lo que es más importante.
Por lo tanto, estoy en una posición tumbado, como ya he explicado, para poner el cuerpo en reposo, y por lo tanto en propriocepción sin esfuerzo de este reposo del cuerpo, lo que por lo tanto me permite asentarme más fácilmente en el límite entre el ser y el no-ser.
*******
En el corazón del Uno, presente en el corazón de cada uno, que la paz y la alegría de la libertad resplandezcan en tu persona, que el canto del alma resuene y brille en tus oídos, que el Corazón del Uno dé el ritmo de la libertad, del Ágape, que cada célula de este cuerpo en el que vives, que centellee, y resplandezca con la misma verdad, y con la misma intensidad.
...Silencio...
Y en la aceptación incondicional de la verdad en el Corazón del Uno, cualquier reticencia, así como cualquier violencia infligida a ti mismo o a cualquier otra persona, se transmute.
En el Corazón de Uno, todo está resuelto y suavizado.
En el corazón de la belleza, cada uno se reconoce a sí mismo, renaciendo así en la verdad, que no puede ser dicha, que no puede ser comprendida, sino simplemente aceptada como evidencia de vida, y como evidencia de Amor.
Donde nada puede retenerte, ningún marco, ninguna referencia, ningún límite, ninguna lógica, donde simplemente es lo que siempre ha sido, inmutable, la fuente de toda vida y de todo movimiento.
En el silencio del Corazón del Uno, la verdad te espera.
En el silencio del Corazón del Uno, todo es verdad, todo es auténtico, donde nada puede faltarte, donde nada es superfluo.
La verdad es alegría, la verdad es ligereza, la verdad es sonrisa, una verdad que sólo puede ser vivida y reconocida.
En esto, sólo puedes conocerte y reconocerte a ti mismo.
En esto se vive la libertad de la persona, del ser y del no-ser, reunidos en la misma danza, en el mismo silencio, donde todo es reconocido, como proveniente de ti, y siendo tú.
Donde la paz está en todas partes, aportando su bálsamo resolutivo sobre todo lo que puede haber sufrido, sobre todo lo que puede haber sido dividido o separado.
...Silencio...
Cada respiración y cada minuto, pasado en el sueño ilusorio, te lleva con majestad y fuerza, en esta última y única y primera verdad, donde nada puede faltar, donde te reconoces a ti mismo.
Cada circunstancia de tu vida, cualquier cosa que pienses o digas, está ahí sólo para eso, para la única verdad del Corazón Uno.
Donde nada puede ser dividido, donde nada puede tener miedo, donde nada puede ser denso.
Tú eres lo ilimitado, dentro de este cuerpo y conciencia limitados, acepta el silencio, acepta el Amor.
No es sólo tu deber, no es sólo tu don, sino sobre todo la belleza y la felicidad, sólo puedes encontrarte a ti mismo completamente.
Esta es tu naturaleza, esta es tu esencia, y este es tu hogar.
En el corazón de cada uno de nosotros, te encuentras, en la misma plenitud, con la misma intensidad y felicidad.
Tú eres invitado por el Corazón Uno a ser la dulzura del Amor, y la dulzura de la verdad, la del niño inocente que aún no ha sido impactado, por el orden y el desorden de la vida en este mundo.
En Ágape, todo es pureza y todo es ligereza, sólo tienes que ver que no hay distancia entre la verdad y tú mismo, para vivir que esta distancia es ilusoria, simplemente construida por las fallas de la historia, y por las fallas de este mundo.
Estás invitado a una sonrisa permanente que ni siquiera la muerte puede interrumpir.
Se te invita a reírte de la risa sin sentido de la ligereza encontrada y de la evidencia vivida.
Tú eres tu amigo y eres tu amado.
Tú eres tu fuente de agua viva y de verdad, que jamás se seca, y que apaga toda sed, llena todo vacío, y elimina toda imperfección, por la ley de gracia, y por la aceptación de esta verdad que tú encuentras, y que jamás podría olvidarte de ti.
...Silencio...
Ágape resuena en cada una de vuestras celdas, cantando la misma alabanza del canto de la resurrección, porque sois nacidos de nuevo, nacidos de nuevo en la verdad y nacidos de nuevo en la belleza, donde nada en este cuerpo de carne puede ahora limitar o restringir esta libertad y belleza.
Déjate llevar, déjate llevar por la alegría de la luz auténtica, en el corazón de Aquel que es tu corazón, y que es el corazón de cada uno, donde late la misma alegría, y donde se revela una vez más la misma verdad.
En Ágape, no puedes comparar nada, no puedes elegir nada, no puedes decidir nada, y puedes ser libre, en esta libertad como ninguna otra, que nada en tu mundo puede acercar, definir o imaginar.
El tiempo de la historia es el tiempo de vuestra historia, y el tiempo de la bienaventuranza, donde ya no necesitáis historia, donde ningún escenario es útil, y donde sólo la constancia de la belleza os sitúa en el presente infinito.
Donde no pasa nada, donde nada puede venir, porque todo ya ha llegado y todo ya ha sido vivido.
Se te invita a despreocuparte, ignorando lo que tu personaje pueda decir.
En esto sólo puedes aceptarte a ti mismo, en esto sólo puedes encontrarte a ti mismo, en esto está el todo.
Esta es la verdadera humildad, que no tiene ningún rol en este mundo, y cuya única función es difundir de un lugar a otro y de un lugar a otro, proclamando la buena nueva, que nadie puede ignorar, y de la cual nadie querrá escapar, una vez que se haya establecido en toda la tierra.
Donde estás entero, todo es perfecto, todo es claro.
Cada una de las células de este cuerpo perecedero succiona, vibra y danza, como un hormigueo y un centelleo, penetrándote en varias partes de tu cuerpo.
Donde cada minuto que pasa en la ilusión pone fin a la ilusión misma del tiempo.
En el Ágape del corazón del corazón, no puede haber distancia, nada puede ser opuesto, porque Ágape no tiene opuesto, porque Ágape es completo, como siempre lo has sido, incluso en lo que estás tocando ahora mismo, que es sólo la partitura que te conduce a esta apoteosis.
...Silencio...
En el corazón de Uno, que es el corazón de cada uno, está alojado tu propio corazón, fuente de vida y lugar de vida, sin separación y sin distancia.
Donde te regocijas en la alegría, sin objeto y sin tu persona, donde todo es una celebración de la verdad vivida, de la verdad instalada, en el corazón mismo de la ilusión.
...Silencio...
Hablo en silencio, donde sólo se oye, donde se celebra cada momento de la vida.
Nunca más se separarán, nunca más podrán dividirse.
Donde nada necesita ser confrontado, porque todo está fusionado, por la misma alegría y ligereza.
Deja que tu corazón de carne dance la danza de la libertad, y la danza del silencio.
Donde no puedes recordar nada, donde no hay deseo, excepto la evidencia del momento.
Todo es fácil, todo es perfecto.
Tú eres ese primero que todo, antes de todo sueño como en todo sueño, simplemente había sido olvidado, por distracción y por hábito.
Te has invitado a vivir estos instantes y momentos, a través de tu carne, a través de tu historia, como a través de todo lo que es falso, como a través de todo lo que pasa.
Hay alegría, hay exactitud.
Donde en cada instante, presente en el corazón de cada persona, con la misma igualdad, donde tu sonrisa, tu mirada, tus pensamientos y tus palabras llevan la misma danza al corazón del otro, y la misma resonancia que se convierte en la misma evidencia, la ronda de la vida, donde nada puede ser conectado, y sin embargo todo está conectado.
Donde sólo hay uno, el del primer sueño y el del instante final, dentro de la ilusión del sueño y la ilusión de la carencia, la separación y la división.
...Silencio...
Entonces el corazón del Hombre late al unísono con el corazón de la Fuente, en una sinfonía desconocida por los sonidos de la tierra.
El tiempo ha llegado, el tiempo se ha cumplido, los ciclos se han completado, el camino se ha completado, conoces cada piedra, cada giro y cada desvío, has recorrido cada atracción y cada señuelo, y este camino, que parece llevarte de vuelta a donde jamás te has movido de verdad, no ha sido más que un pretexto para recordar lo que por fin no es ni de memoria, ni de progreso, ni de historia alguna.
Te invito a sonreír, aquel quién no responde a ninguna causa es la sonrisa de la verdad de aquel que se cumple, más allá de todas las expectativas y de toda esperanza.
Siempre ha estado allí, siempre se ha hecho olvidar, y tú mismo escribiste el olvido, para recordar la única verdad, apareciendo en lo último de la creación, y en lo último del caos de la tierra.
Donde la muerte y el nacimiento ya no pueden ser sostenidos.
Donde lo que es falso sólo puede disolverse en este crepitar del Amor.
...Silencio...
Donde hacer esto ya no tiene sentido, y donde el único significado es ser, tocando el no-ser de la indescriptible felicidad de la Morada de la Paz Suprema.
Este es el soplo del Espíritu, que ahora sopla desde todas partes, y sobre todo, sobre el polvo de tu persona y de tu historia, de tus recuerdos y de tus sufrimientos, porque el Amor quiere que tú seas libre, incluso dentro de este cuerpo perecedero.
Y cualquier cosa que su mundo diga al respecto, y cualquier cosa que sus leyes digan al respecto, y cualquier cosa que alguien diga al respecto, ninguna palabra puede definir a Ágape, incluso si es definida por la cabeza, porque sólo el corazón la reconoce en su inteligencia.
...Silencio...
Tú has sido el Camino, la Verdad y la Vida, donde ya no necesitas un camino, donde estás toda la vida, poniendo fin a todo sufrimiento e insuficiencia.
El Corazón del Uno los llama al gozo, de todas las maneras posibles, para que liberen lo que creen que tienen, para que lo que no los tiene, no los tenga más.
Ser desenfrenado en la frescura del instante, que no depende de ningún otro instante.
Aquí es donde verdaderamente resides, en la morada del Último, tú eres Tú, el Soy Eterno y Absoluto.
Recuerda el origen del camino, recuerda el origen de la respiración, recuerda tu primer Verbo y tu primer juramento, el de volver a la verdad, en el corazón de cada uno, en el Corazón del Uno.
...Silencio...
En el corazón de la acogida, y en el corazón de la felicidad, se consumen todos los velos de la ilusión, todas las capas del sufrimiento, y todas las ofensas contra la gracia, tal es el don del Amor, tal es el don del Ágape, tal es tu única verdad.
...Silencio...
Permítanme que les prenda fuego con el aliento vigorizante del Fuego del Espíritu, el fuego ígneo de la verdad, que es el bálsamo de la consolación y también de la restitución.
...Silencio...
Y en este silencio, aparece el Coro de los Ángeles. Es también una celebración del fin de la separación y del fin de la ilusión.
Así que decidiste, mucho antes de que tomaras forma, mucho antes de que lo olvidaras para encontrarte mejor, para celebrarte mejor, y para darte la acogida completamente, ignorando cualquier densidad, ignorando cualquier carencia.
Este es el don de la gracia, tú eres el don mismo, y tú eres la gracia misma.
...Silencio...
Deja que la sonrisa te lleve al corazón de lo indecible, al corazón de tu esencia, deja que las buenas nuevas fertilicen cada corazón en tu corazón Uno.
...Silencio...
Así es Ágape, así eres tú, así que estás completo.
Tú eres la verdad en la marcha en este mundo, dondequiera que tus pasos te lleven, dondequiera que tus ojos miren, dondequiera que tus labios lo digan, la misma alegría y la misma paz están impresas en cada corazón.
Tú, alegría y verdad indecible, Tú, que creaste todas las formas en el juego de la creación, en el sueño de la carencia y en la pesadilla de la separación, te despiertas porque es para ti el momento adecuado, y es parte de lo que has escrito, mucho antes de que puedas vivirlo, mucho antes de que lo experimentes.
Recuerden lo que decidieron, durante su viaje, para volver a la verdad, por sí mismos y para cada uno.
Esta es la vivencia de la verdad, esta es la vivencia de la libertad.
Reconócete en el instante del presente, donde tu presencia es también la ausencia, donde tu presencia es, Yo también soy.
Escuchen la danza de su sagrado corazón, llevado por el fuego ígneo, y acosado, en este mundo como en cualquier otro, difundiendo la buena nueva a todos los soñadores.
Entonces se puede escuchar el canto del despertar.
...Silencio...
Y allí, en esta paz y silencio, deja florecer lo que emana espontáneamente, sin esfuerzo y sin voluntad, el indecible Amor, que ningún cuerpo puede darte, y ningún pensamiento puede siquiera tocarte, y sin embargo tu carne reconoce como justo y verdadero, que ninguna emoción puede traerte, que ningún sentimiento puede acercarte, y sin embargo experimentas.
Tal es tu indecible Amor, tal es tu indecible presencia, trascendiendo y traspasando todas las formas, todos los velos y todas las oposiciones, de dondequiera que provengan, la misma belleza sólo puede echar raíces.
Donde sonreír es la única arma, es la única demostración.
Donde todo deja de luchar y falta todo, porque allí eres auténtico y pleno de ti mismo, más allá de tu identidad, más allá de los mundos que has recorrido y con los que has soñado.
Ahí está tu plenitud, ahí está la plenitud, jamás ha pasado y jamás pasará.
Escúchame y óyeme, al fin para oírte, para vivirlo, para darte como te has dado sin quitarte nada, y sin añadir nada más.
Regocíjate con las buenas nuevas, es para ti, sea lo que sea que pienses de ello, ningún pensamiento puede ser mantenido en la evidencia de quién eres, ningún problema puede ser mantenido.
Déjate consumir en el fuego de la gracia y la alegría.
Esta consumación, que es una caricia de Amor, que ninguna mano puede acompañar, sino que sólo el corazón puede danzar.
Donde sólo se pueden abrir los brazos a cada hermano y a cada circunstancia, sin hacer jamás una diferencia, y aún menos distancia.
Eso es lo que eres, todo lo demás pasa, tus deseos y pasiones, eso es lo que eres, sin ninguna frustración y sin ninguna interrogación.
Permítete amarte a ti mismo en la cima de lo indecible, permítete aceptarte incondicionalmente.
Tú eres esa risa y eres esa alegría, sea lo que sea que tu personaje te diga, aunque tu vida te haya mostrado lo contrario, era sólo un pretexto para llegar allí, y para vivir eso.
Escúchate a ti mismo y finalmente, entiéndete a ti mismo.
Tú eres la transparencia y tú eres la intensidad de Ágape.
Son tan vastos como la creación, tan vastos como cada criatura, tan vastos como los universos al pararse allí, en el corazón del ser y del no-ser, en el corazón de su corazón, terminando la distancia, terminando lo que está fluyendo.
Y allí todo es perfecto, sin nada que perfeccionar, sin nada que buscar, sólo para disfrutarlo, más allá de cualquier razón así como de cualquier cuerpo, que jamás puede ser interrumpido, que jamás puede ser restringido, el goce de Ágape, que te llena en todas partes y de todas las maneras.
A través de la propia opacidad de tu cuerpo, se encuentra tu transparencia, se encuentra tu evidencia.
Ya no necesitas vestimenta, ya no necesitas adornos, ni siquiera justificaciones, sino simplemente ser, en todo ser como en ti.
Entonces danzarás la sinfonía de los ángeles, ritmarás la sinfonía del Amor.
Es ahora, si tu ahora está en el aquí y ahora de tu instante presente.
Acoge, acógete, no pongas límites, no hay condiciones, excepto en tus pensamientos, si no en tus prejuicios.
Acéptense a sí mismos, son libertad, todas sus historias han sido sólo parte de su sueño que aceptaron y crearon, para permitirles ser verdaderos, para permitirles estar allí, aquí y ahora, en este cuerpo pasajero.
Olvida lo que viviste, no era la vida real, era sólo el sueño de la vida.
La vida verdadera está aquí, en el Corazón del Uno, que es el corazón de todos.
Y es simple, muy simple. Así que sean tan simples como eso, no miren a ningún otro lado que no sea dentro de su corazón, el cual no es buscar, el cual está esperando ser encontrado.
En el corazón del instante presente, soy lo que tú eres.
En el ser como en el no-ser, soy cada una de tus alegrías, soy cada una de tus penas, tus sueños, y soy el bálsamo que aplicas, para borrar todas las cicatrices, que sólo han sido en el sueño, que sólo han sido un pasaje, que sólo han sido un pretexto para la grandeza del instante presente.
En esto, usted es íntegro, inequívoco y sin lugar a dudas, no puede sino estar de acuerdo.
Tú eres el don y eres la gracia, y el don de gracia no puede ser rechazado, sólo puede ser reconocido, en el corazón del instante presente, en el corazón del Uno, en el corazón de cada uno.
Donde el silencio grita: Te amo.
Donde el silencio te clama, tú eres el Amor de cada uno, tú estás en el Amor de cada uno.
Donde este silencio te dice tu belleza.
Donde el silencio te dice la única verdad.
...Silencio...
Acéptate a ti mismo, tal como eres ahora mismo, tal como eres, como nada de lo que eras y como nada de lo que serás mañana.
Déjate impregnar por el don del Amor.
Deposito estas palabras en el silencio de tu corazón, brotarán de él en cuanto aceptes la danza del Amor.
Ellos resonarán en ti cada minuto y cada momento.
...Silencio...
Donde estoy, no puedes perderte a ti mismo.
Donde estoy, ninguna carencia puede ser sostenida.
Sé generoso con quien eres, confía en quien eres, y especialmente no en lo que pareces. En esto eres verdadero, y en esto eres completo.
No tienes nada que justificar, ni a ti mismo ni a nadie, sino simplemente aceptar la paz, la alegría y el Amor, y lo que eres.
Cualquiera que sea tu historia, incluso en este día, era sólo un pretexto para jamás volver a dormir.
...Silencio...
Y te amarás a ti mismo con igual Amor, y te amarás a ti mismo con igual Amor por todos, sin reflexión y sin condición, sin atracción y sin repulsión, en la desnudez del instante, y en su majestuosidad.
Te saludo, en la Verdad, te saludo, en tu Belleza, te saludo, por el Fuego de tu Corazón, te saludo, por el sello de la Verdad.
Ágape has sido, Ágape eres, y Ágape serás, más allá de todo el mundo como más allá de toda conciencia, y más allá de toda forma.
Cumpliste tu sueño, cumpliste todos tus sueños.
Ya no puedes perderte a ti mismo.
Ahora permanezco en silencio, y te dejo, en este silencio y esta danza, grabada en tu corazón.
En el Corazón del Uno, en el Corazón de la Vida, son bendecidos.
***
A través de Jean Luc Ayoun
Les Transformations.
Transcripción del Francès: https://www.facebook.com/Transcriptionsfr-784909108558566/
Traducción al español: LMF
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Así que, antes de empezar, repito para todos que, cuando digo canalización Ágape, no hay entidad. Simplemente me sitúo en el cruce entre el ser y el no-ser, manteniendo la conciencia al borde de su extinción, y las palabras salen. Así que sobre todo, no busquen el significado intelectual, es sobre todo el aspecto del fuego ígneo y del fuego vibratorio lo que es más importante.
Por lo tanto, estoy en una posición tumbado, como ya he explicado, para poner el cuerpo en reposo, y por lo tanto en propriocepción sin esfuerzo de este reposo del cuerpo, lo que por lo tanto me permite asentarme más fácilmente en el límite entre el ser y el no-ser.
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En el corazón del Uno, presente en el corazón de cada uno, que la paz y la alegría de la libertad resplandezcan en tu persona, que el canto del alma resuene y brille en tus oídos, que el Corazón del Uno dé el ritmo de la libertad, del Ágape, que cada célula de este cuerpo en el que vives, que centellee, y resplandezca con la misma verdad, y con la misma intensidad.
...Silencio...
Y en la aceptación incondicional de la verdad en el Corazón del Uno, cualquier reticencia, así como cualquier violencia infligida a ti mismo o a cualquier otra persona, se transmute.
En el Corazón de Uno, todo está resuelto y suavizado.
En el corazón de la belleza, cada uno se reconoce a sí mismo, renaciendo así en la verdad, que no puede ser dicha, que no puede ser comprendida, sino simplemente aceptada como evidencia de vida, y como evidencia de Amor.
Donde nada puede retenerte, ningún marco, ninguna referencia, ningún límite, ninguna lógica, donde simplemente es lo que siempre ha sido, inmutable, la fuente de toda vida y de todo movimiento.
En el silencio del Corazón del Uno, la verdad te espera.
En el silencio del Corazón del Uno, todo es verdad, todo es auténtico, donde nada puede faltarte, donde nada es superfluo.
La verdad es alegría, la verdad es ligereza, la verdad es sonrisa, una verdad que sólo puede ser vivida y reconocida.
En esto, sólo puedes conocerte y reconocerte a ti mismo.
En esto se vive la libertad de la persona, del ser y del no-ser, reunidos en la misma danza, en el mismo silencio, donde todo es reconocido, como proveniente de ti, y siendo tú.
Donde la paz está en todas partes, aportando su bálsamo resolutivo sobre todo lo que puede haber sufrido, sobre todo lo que puede haber sido dividido o separado.
...Silencio...
Cada respiración y cada minuto, pasado en el sueño ilusorio, te lleva con majestad y fuerza, en esta última y única y primera verdad, donde nada puede faltar, donde te reconoces a ti mismo.
Cada circunstancia de tu vida, cualquier cosa que pienses o digas, está ahí sólo para eso, para la única verdad del Corazón Uno.
Donde nada puede ser dividido, donde nada puede tener miedo, donde nada puede ser denso.
Tú eres lo ilimitado, dentro de este cuerpo y conciencia limitados, acepta el silencio, acepta el Amor.
No es sólo tu deber, no es sólo tu don, sino sobre todo la belleza y la felicidad, sólo puedes encontrarte a ti mismo completamente.
Esta es tu naturaleza, esta es tu esencia, y este es tu hogar.
En el corazón de cada uno de nosotros, te encuentras, en la misma plenitud, con la misma intensidad y felicidad.
Tú eres invitado por el Corazón Uno a ser la dulzura del Amor, y la dulzura de la verdad, la del niño inocente que aún no ha sido impactado, por el orden y el desorden de la vida en este mundo.
En Ágape, todo es pureza y todo es ligereza, sólo tienes que ver que no hay distancia entre la verdad y tú mismo, para vivir que esta distancia es ilusoria, simplemente construida por las fallas de la historia, y por las fallas de este mundo.
Estás invitado a una sonrisa permanente que ni siquiera la muerte puede interrumpir.
Se te invita a reírte de la risa sin sentido de la ligereza encontrada y de la evidencia vivida.
Tú eres tu amigo y eres tu amado.
Tú eres tu fuente de agua viva y de verdad, que jamás se seca, y que apaga toda sed, llena todo vacío, y elimina toda imperfección, por la ley de gracia, y por la aceptación de esta verdad que tú encuentras, y que jamás podría olvidarte de ti.
...Silencio...
Ágape resuena en cada una de vuestras celdas, cantando la misma alabanza del canto de la resurrección, porque sois nacidos de nuevo, nacidos de nuevo en la verdad y nacidos de nuevo en la belleza, donde nada en este cuerpo de carne puede ahora limitar o restringir esta libertad y belleza.
Déjate llevar, déjate llevar por la alegría de la luz auténtica, en el corazón de Aquel que es tu corazón, y que es el corazón de cada uno, donde late la misma alegría, y donde se revela una vez más la misma verdad.
En Ágape, no puedes comparar nada, no puedes elegir nada, no puedes decidir nada, y puedes ser libre, en esta libertad como ninguna otra, que nada en tu mundo puede acercar, definir o imaginar.
El tiempo de la historia es el tiempo de vuestra historia, y el tiempo de la bienaventuranza, donde ya no necesitáis historia, donde ningún escenario es útil, y donde sólo la constancia de la belleza os sitúa en el presente infinito.
Donde no pasa nada, donde nada puede venir, porque todo ya ha llegado y todo ya ha sido vivido.
Se te invita a despreocuparte, ignorando lo que tu personaje pueda decir.
En esto sólo puedes aceptarte a ti mismo, en esto sólo puedes encontrarte a ti mismo, en esto está el todo.
Esta es la verdadera humildad, que no tiene ningún rol en este mundo, y cuya única función es difundir de un lugar a otro y de un lugar a otro, proclamando la buena nueva, que nadie puede ignorar, y de la cual nadie querrá escapar, una vez que se haya establecido en toda la tierra.
Donde estás entero, todo es perfecto, todo es claro.
Cada una de las células de este cuerpo perecedero succiona, vibra y danza, como un hormigueo y un centelleo, penetrándote en varias partes de tu cuerpo.
Donde cada minuto que pasa en la ilusión pone fin a la ilusión misma del tiempo.
En el Ágape del corazón del corazón, no puede haber distancia, nada puede ser opuesto, porque Ágape no tiene opuesto, porque Ágape es completo, como siempre lo has sido, incluso en lo que estás tocando ahora mismo, que es sólo la partitura que te conduce a esta apoteosis.
...Silencio...
En el corazón de Uno, que es el corazón de cada uno, está alojado tu propio corazón, fuente de vida y lugar de vida, sin separación y sin distancia.
Donde te regocijas en la alegría, sin objeto y sin tu persona, donde todo es una celebración de la verdad vivida, de la verdad instalada, en el corazón mismo de la ilusión.
...Silencio...
Hablo en silencio, donde sólo se oye, donde se celebra cada momento de la vida.
Nunca más se separarán, nunca más podrán dividirse.
Donde nada necesita ser confrontado, porque todo está fusionado, por la misma alegría y ligereza.
Deja que tu corazón de carne dance la danza de la libertad, y la danza del silencio.
Donde no puedes recordar nada, donde no hay deseo, excepto la evidencia del momento.
Todo es fácil, todo es perfecto.
Tú eres ese primero que todo, antes de todo sueño como en todo sueño, simplemente había sido olvidado, por distracción y por hábito.
Te has invitado a vivir estos instantes y momentos, a través de tu carne, a través de tu historia, como a través de todo lo que es falso, como a través de todo lo que pasa.
Hay alegría, hay exactitud.
Donde en cada instante, presente en el corazón de cada persona, con la misma igualdad, donde tu sonrisa, tu mirada, tus pensamientos y tus palabras llevan la misma danza al corazón del otro, y la misma resonancia que se convierte en la misma evidencia, la ronda de la vida, donde nada puede ser conectado, y sin embargo todo está conectado.
Donde sólo hay uno, el del primer sueño y el del instante final, dentro de la ilusión del sueño y la ilusión de la carencia, la separación y la división.
...Silencio...
Entonces el corazón del Hombre late al unísono con el corazón de la Fuente, en una sinfonía desconocida por los sonidos de la tierra.
El tiempo ha llegado, el tiempo se ha cumplido, los ciclos se han completado, el camino se ha completado, conoces cada piedra, cada giro y cada desvío, has recorrido cada atracción y cada señuelo, y este camino, que parece llevarte de vuelta a donde jamás te has movido de verdad, no ha sido más que un pretexto para recordar lo que por fin no es ni de memoria, ni de progreso, ni de historia alguna.
Te invito a sonreír, aquel quién no responde a ninguna causa es la sonrisa de la verdad de aquel que se cumple, más allá de todas las expectativas y de toda esperanza.
Siempre ha estado allí, siempre se ha hecho olvidar, y tú mismo escribiste el olvido, para recordar la única verdad, apareciendo en lo último de la creación, y en lo último del caos de la tierra.
Donde la muerte y el nacimiento ya no pueden ser sostenidos.
Donde lo que es falso sólo puede disolverse en este crepitar del Amor.
...Silencio...
Donde hacer esto ya no tiene sentido, y donde el único significado es ser, tocando el no-ser de la indescriptible felicidad de la Morada de la Paz Suprema.
Este es el soplo del Espíritu, que ahora sopla desde todas partes, y sobre todo, sobre el polvo de tu persona y de tu historia, de tus recuerdos y de tus sufrimientos, porque el Amor quiere que tú seas libre, incluso dentro de este cuerpo perecedero.
Y cualquier cosa que su mundo diga al respecto, y cualquier cosa que sus leyes digan al respecto, y cualquier cosa que alguien diga al respecto, ninguna palabra puede definir a Ágape, incluso si es definida por la cabeza, porque sólo el corazón la reconoce en su inteligencia.
...Silencio...
Tú has sido el Camino, la Verdad y la Vida, donde ya no necesitas un camino, donde estás toda la vida, poniendo fin a todo sufrimiento e insuficiencia.
El Corazón del Uno los llama al gozo, de todas las maneras posibles, para que liberen lo que creen que tienen, para que lo que no los tiene, no los tenga más.
Ser desenfrenado en la frescura del instante, que no depende de ningún otro instante.
Aquí es donde verdaderamente resides, en la morada del Último, tú eres Tú, el Soy Eterno y Absoluto.
Recuerda el origen del camino, recuerda el origen de la respiración, recuerda tu primer Verbo y tu primer juramento, el de volver a la verdad, en el corazón de cada uno, en el Corazón del Uno.
...Silencio...
En el corazón de la acogida, y en el corazón de la felicidad, se consumen todos los velos de la ilusión, todas las capas del sufrimiento, y todas las ofensas contra la gracia, tal es el don del Amor, tal es el don del Ágape, tal es tu única verdad.
...Silencio...
Permítanme que les prenda fuego con el aliento vigorizante del Fuego del Espíritu, el fuego ígneo de la verdad, que es el bálsamo de la consolación y también de la restitución.
...Silencio...
Y en este silencio, aparece el Coro de los Ángeles. Es también una celebración del fin de la separación y del fin de la ilusión.
Así que decidiste, mucho antes de que tomaras forma, mucho antes de que lo olvidaras para encontrarte mejor, para celebrarte mejor, y para darte la acogida completamente, ignorando cualquier densidad, ignorando cualquier carencia.
Este es el don de la gracia, tú eres el don mismo, y tú eres la gracia misma.
...Silencio...
Deja que la sonrisa te lleve al corazón de lo indecible, al corazón de tu esencia, deja que las buenas nuevas fertilicen cada corazón en tu corazón Uno.
...Silencio...
Así es Ágape, así eres tú, así que estás completo.
Tú eres la verdad en la marcha en este mundo, dondequiera que tus pasos te lleven, dondequiera que tus ojos miren, dondequiera que tus labios lo digan, la misma alegría y la misma paz están impresas en cada corazón.
Tú, alegría y verdad indecible, Tú, que creaste todas las formas en el juego de la creación, en el sueño de la carencia y en la pesadilla de la separación, te despiertas porque es para ti el momento adecuado, y es parte de lo que has escrito, mucho antes de que puedas vivirlo, mucho antes de que lo experimentes.
Recuerden lo que decidieron, durante su viaje, para volver a la verdad, por sí mismos y para cada uno.
Esta es la vivencia de la verdad, esta es la vivencia de la libertad.
Reconócete en el instante del presente, donde tu presencia es también la ausencia, donde tu presencia es, Yo también soy.
Escuchen la danza de su sagrado corazón, llevado por el fuego ígneo, y acosado, en este mundo como en cualquier otro, difundiendo la buena nueva a todos los soñadores.
Entonces se puede escuchar el canto del despertar.
...Silencio...
Y allí, en esta paz y silencio, deja florecer lo que emana espontáneamente, sin esfuerzo y sin voluntad, el indecible Amor, que ningún cuerpo puede darte, y ningún pensamiento puede siquiera tocarte, y sin embargo tu carne reconoce como justo y verdadero, que ninguna emoción puede traerte, que ningún sentimiento puede acercarte, y sin embargo experimentas.
Tal es tu indecible Amor, tal es tu indecible presencia, trascendiendo y traspasando todas las formas, todos los velos y todas las oposiciones, de dondequiera que provengan, la misma belleza sólo puede echar raíces.
Donde sonreír es la única arma, es la única demostración.
Donde todo deja de luchar y falta todo, porque allí eres auténtico y pleno de ti mismo, más allá de tu identidad, más allá de los mundos que has recorrido y con los que has soñado.
Ahí está tu plenitud, ahí está la plenitud, jamás ha pasado y jamás pasará.
Escúchame y óyeme, al fin para oírte, para vivirlo, para darte como te has dado sin quitarte nada, y sin añadir nada más.
Regocíjate con las buenas nuevas, es para ti, sea lo que sea que pienses de ello, ningún pensamiento puede ser mantenido en la evidencia de quién eres, ningún problema puede ser mantenido.
Déjate consumir en el fuego de la gracia y la alegría.
Esta consumación, que es una caricia de Amor, que ninguna mano puede acompañar, sino que sólo el corazón puede danzar.
Donde sólo se pueden abrir los brazos a cada hermano y a cada circunstancia, sin hacer jamás una diferencia, y aún menos distancia.
Eso es lo que eres, todo lo demás pasa, tus deseos y pasiones, eso es lo que eres, sin ninguna frustración y sin ninguna interrogación.
Permítete amarte a ti mismo en la cima de lo indecible, permítete aceptarte incondicionalmente.
Tú eres esa risa y eres esa alegría, sea lo que sea que tu personaje te diga, aunque tu vida te haya mostrado lo contrario, era sólo un pretexto para llegar allí, y para vivir eso.
Escúchate a ti mismo y finalmente, entiéndete a ti mismo.
Tú eres la transparencia y tú eres la intensidad de Ágape.
Son tan vastos como la creación, tan vastos como cada criatura, tan vastos como los universos al pararse allí, en el corazón del ser y del no-ser, en el corazón de su corazón, terminando la distancia, terminando lo que está fluyendo.
Y allí todo es perfecto, sin nada que perfeccionar, sin nada que buscar, sólo para disfrutarlo, más allá de cualquier razón así como de cualquier cuerpo, que jamás puede ser interrumpido, que jamás puede ser restringido, el goce de Ágape, que te llena en todas partes y de todas las maneras.
A través de la propia opacidad de tu cuerpo, se encuentra tu transparencia, se encuentra tu evidencia.
Ya no necesitas vestimenta, ya no necesitas adornos, ni siquiera justificaciones, sino simplemente ser, en todo ser como en ti.
Entonces danzarás la sinfonía de los ángeles, ritmarás la sinfonía del Amor.
Es ahora, si tu ahora está en el aquí y ahora de tu instante presente.
Acoge, acógete, no pongas límites, no hay condiciones, excepto en tus pensamientos, si no en tus prejuicios.
Acéptense a sí mismos, son libertad, todas sus historias han sido sólo parte de su sueño que aceptaron y crearon, para permitirles ser verdaderos, para permitirles estar allí, aquí y ahora, en este cuerpo pasajero.
Olvida lo que viviste, no era la vida real, era sólo el sueño de la vida.
La vida verdadera está aquí, en el Corazón del Uno, que es el corazón de todos.
Y es simple, muy simple. Así que sean tan simples como eso, no miren a ningún otro lado que no sea dentro de su corazón, el cual no es buscar, el cual está esperando ser encontrado.
En el corazón del instante presente, soy lo que tú eres.
En el ser como en el no-ser, soy cada una de tus alegrías, soy cada una de tus penas, tus sueños, y soy el bálsamo que aplicas, para borrar todas las cicatrices, que sólo han sido en el sueño, que sólo han sido un pasaje, que sólo han sido un pretexto para la grandeza del instante presente.
En esto, usted es íntegro, inequívoco y sin lugar a dudas, no puede sino estar de acuerdo.
Tú eres el don y eres la gracia, y el don de gracia no puede ser rechazado, sólo puede ser reconocido, en el corazón del instante presente, en el corazón del Uno, en el corazón de cada uno.
Donde el silencio grita: Te amo.
Donde el silencio te clama, tú eres el Amor de cada uno, tú estás en el Amor de cada uno.
Donde este silencio te dice tu belleza.
Donde el silencio te dice la única verdad.
...Silencio...
Acéptate a ti mismo, tal como eres ahora mismo, tal como eres, como nada de lo que eras y como nada de lo que serás mañana.
Déjate impregnar por el don del Amor.
Deposito estas palabras en el silencio de tu corazón, brotarán de él en cuanto aceptes la danza del Amor.
Ellos resonarán en ti cada minuto y cada momento.
...Silencio...
Donde estoy, no puedes perderte a ti mismo.
Donde estoy, ninguna carencia puede ser sostenida.
Sé generoso con quien eres, confía en quien eres, y especialmente no en lo que pareces. En esto eres verdadero, y en esto eres completo.
No tienes nada que justificar, ni a ti mismo ni a nadie, sino simplemente aceptar la paz, la alegría y el Amor, y lo que eres.
Cualquiera que sea tu historia, incluso en este día, era sólo un pretexto para jamás volver a dormir.
...Silencio...
Y te amarás a ti mismo con igual Amor, y te amarás a ti mismo con igual Amor por todos, sin reflexión y sin condición, sin atracción y sin repulsión, en la desnudez del instante, y en su majestuosidad.
Te saludo, en la Verdad, te saludo, en tu Belleza, te saludo, por el Fuego de tu Corazón, te saludo, por el sello de la Verdad.
Ágape has sido, Ágape eres, y Ágape serás, más allá de todo el mundo como más allá de toda conciencia, y más allá de toda forma.
Cumpliste tu sueño, cumpliste todos tus sueños.
Ya no puedes perderte a ti mismo.
Ahora permanezco en silencio, y te dejo, en este silencio y esta danza, grabada en tu corazón.
En el Corazón del Uno, en el Corazón de la Vida, son bendecidos.
***
A través de Jean Luc Ayoun
Les Transformations.
Transcripción del Francès: https://www.facebook.com/Transcriptionsfr-784909108558566/
Traducción al español: LMF
***
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